El joven Ezonthung proviene de Wokha, Estado de Nagaland. Sus padres son agricultores y él es el hijo mayor. Por esto, no pudo continuar los estudios como deseaba, y apenas acabados los estudios superiores comenzó a trabajar como representante inmobiliario.

Era un trabajo que le permitía ayudar a su familia, pero a costa de mucho esfuerzo y cansancio, pues debía trasladarse frecuentemente por los escasos e incómodos caminos del campo. Después de un año se enteró de las oportunidades de formación técnica ofrecidas por el Don Bosco Tech, y así reemprendió los estudios. Frecuentó el curso de hostelería en el instituto salesiano y realizó prácticas en un hotel de Cochin. Ahora trabaja en Bangalore como responsable de las relaciones con los huéspedes, un cargo por el que gana dos veces y media más de lo que ganaba como representante inmobiliario. Y todavía tiene posibilidades de mejora.

La historia de Velhukholu Keyho es en algunos aspectos semejante: también esta muchacha proviene de una pequeña aldea de Nagaland, también ella es la hija mayor de la familia y, teminados los estudios, comenzó a trabajar en el sector hotelero. Sin embargo, en 2011 decidió participar en el primer curso hotelero en la especialidad de “Belleza y Bienestar”, ofrecido por el centro salesiano. En seguida empezó una carrera de mayor éxito, con numerosos traslados de hoteles y de ciudades.

“Muchas veces las personas me preguntan de dónde vengo y en qué Instituto de Management me he formado – dice la joven-. Con orgullo digo que he realizado un curso trimestral en el Don Bosco Tech de Dimapur. Cuando miro mi pasado, me siento muy agradecida hacia este instituto. Si no hubiera hecho este programa de formación estaría encerrada en mi pequeño mundo, sin posibilidades de conocer la realidad. Ahora soy muy feliz y mis padres están orgullosos de mí porque estoy ayudando a mis hermanos y hermanas.  Gracias a Don Bosco Tech, por haberme dado tan gran oportunidad en el momento justo”.

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