El secreto de este proceso de recuperación, desarrollado en Don Bosco Fambul, consiste en su propuesta holística: atender sus necesidades primarias (alimento, vestido, un lugar seguro para dormir), junto a una atención personalizada desde el punto de vita médico, psicológico, pedagógico, social y espiritual. Este proceso gradual comprende lecciones formales, juegos diarios, deporte, música, canto, teatro, danza, trato personalizado directo, oración… Se contacta con los padres y demás familiares varias veces por parte de los agentes sociales antes del reencuentro final.
Durante la festiva jornada del reencuentro, celebrada ayer 12 de septiembre, los padres de los muchachos y el Centro Don Bosco firmaron un acuerdo para garantizar un ambiente seguro para el menor – alimentación correcta, educación, ausencia de castigos corporales…- que les permita continuar su crecimiento personal. Los asistentes sociales, además, continuarán visitando a los muchachos hasta que no hayan acabado la escuela secundaria.
Entre tanto, hay que señalar también que en este mes de septiembre, cinco salesianos y 25 personas, entre asistentes sociales y personal juvenil de la obra Don Bosco Fambul, están comprometidos en recorrer las calles de 5 zonas de Freetown, desde las 20:00 hasta las 3:00 de la mañana, para entrar en contacto con los muchachos de la calle. Se han preparado también cuestionarios apropiados para hacer una valoración más profunda de la realidad de los muchachos de la calle, exactamente un año después de que la epidemia de ébola haya sido declarada concluida.
De esta manera, de octubre a diciembre se realizará una experiencia piloto de recuperación, con un grupo de 30 muchachos que viven en condición de alto riesgo en la calle. La jornada de reencuentro para ellos será el 30 de diciembre de 2016, tras un programa intensivo de recuperación, cuyo fin es acelerar el proceso de la reintegración de los muchachos en sus familias biológicas o de otras formas de acogida.
