¿Puede describirnos la inspectoría?
Somos cerca de 115 salesianos, incluyendo a los jóvenes en la formación que llegan a unos cuarenta. Tenemos 11 casas en Croacia, y una en Zepce, Bosnia, fundada en 1995.
¿Cuáles son sus actividades?
Animamos principalmente parroquias y oratorios, pero también tenemos dos escuelas en Zepce: una escuela secundaria y una escuela profesional. También tenemos algunas residencias para estudiantes. Entre nuestras principales actividades preparamos campamentos de verano o "verano de los muchachos" que se realiza en cada obra salesiana. El año 2016 tuvimos 300 a 500 jóvenes en cada una de las obras salesianas y creo somos los únicos que ofrecemos este tipo de actividad.
¿Cómo se vive la fe hoy en Croacia?
Bajo el comunismo se iba a la iglesia y se practicaba en secreto. (...) Cuando llegó la libertad, las personas se han relajado en las prácticas religiosas, pero en las familias los niños son educados cristianamente y son consciente de que la fe es una realidad importante. Hay un fuerte sentido espiritual y la gente está tratando de hacer su propio camino en la fe: no se quiere creer por tradición. Cada comunidad salesiana tiene un grupo de oración. Nos encontramos todos los martes entre 60 a 90 personas.
¿Cuál es la influencia salesiana en el país?
Desde de la guerra hubo un crecimiento de la presencia salesiana y el país comenzó a conocernos mejor. Los Salesianos han salido de la sacristía para ofrecer actividades educativas y una espiritualidad salesiana a la juventud del país. Hay capellanes salesianos en escuelas, cárceles... Conducen campamentos de verano, peregrinaciones, retiros... Por otra parte, la llegada de las reliquias de Don Bosco suscitó muchos frutos espirituales, los obispos reconocen la riqueza de nuestra presencia y cuentan con nosotros para despertar la fe entre los muchachos.
¿Cuál es el desafío para ustedes religiosos hoy en día en Croacia?
Principalmente es ayudar a los jóvenes a mantener el tesoro de la fe y ayudarles en su viaje como creyentes. La guerra ha dejado las consecuencias, pero estamos para ayudarlos, luego ellos pueden hacer su propia elección de vida cristiana, en una sociedad cada vez más influenciada por una sociedad de consumo.
