Por: Oswald Leibold
Después de llegar al Centro de Acogida en Frankfurt, Abdullah Zadran fue enviado al Centro Don Bosco en Sannerz. El Responsable del centro local se puso en contacto con el club deportivo Riedberg, una Asociación de Frankfurt, donde además de fútbol, baloncesto y rugby, también se practica el cricket, el deporte favorito de Abdullah. En la ciudad de origen del joven Abdullah, en la provincia de Paktia, el cricket es el deporte nacional, como lo es en la India y en muchos lugares de la Mancomunidad de Naciones (Commonwealth).
Varias veces a la semana, Abdullah Zadran viaja en tren hacia la capital para entrenar o jugar con el equipo de Riedberg. El muchacho muestra con orgullo una taza que le regalaron dos estrellas del cricket que llegaron especialmente de Afganistán para la premiación de una competencia. En la base del trofeo está inscrito “Al mejor lanzador”. En el cricket, el deportista debe lanzar la pelota con fuerza y con habilidad para evitar que el jugador contrario la golpee con una raqueta de madera.
En los campos deportivos del Centro de Ayuda juvenil “Don Bosco”, Abdullah muestra sus habilidades. Golpea con gran fuerza la pelota de cuero, donde los jugadores deben protegerse con la indumentaria adecuada. Sus ojos brillan, cuando rechaza con seguridad la pelota arrojada a la altura de un campanario, sin cambiar su posición de lanzamiento.
¿No le interesa el fútbol, que es tan popular en Alemania? “Con sus pies no tiene la misma capacidad. Él tiene mucha mayor habilidad con sus manos. Podría imaginarlo como un portero”, se expresó su responsable el Sr. Roland Müller. Después de haber llegado a Alemania, el joven, se graduó en la escuela secundaria y concurre a varios cursos de alemán. Actualmente asiste al segundo año de capacitación en carpintería. “En este momento, como parte de nuestro proyecto de integración de nueve jóvenes, Abdullah asisten a los cursos para carpinteros, pintores y trabajadores del metal. Afortunadamente hemos recibido donaciones para ayudar a estos jóvenes”, explica el Director y jefe del proyecto de formación, P. Clemens Schliermann.
Abdullah Zadran regularmente mantiene contactos telefónicos con su familia. Tuvo que dejar a sus padres, dos hermanas y tres hermanos en Afganistán. Ahora puede hablar solo con su madre y con cuatro de sus cinco hermanos. “Mi padre y uno de mis hermanos desaparecieron sin dejar rastro. Probablemente fueron secuestrados por los talibanes”, narra tristemente el Abdullah.
Fuente: Agencia Kinzital Nachrichten
