RMG – Fiesta de la Beata Laura Vicuña: despertando la conciencia, ofreciendo su vida por su madre

22 Enero 2019

(ANS – Roma) – Laura Vicuña fue una niña chilena muy fiel y devota de la fe que ofreció a Dios su vida por salvar a la madre de la condenación eterna. Es la patrona de las víctimas de abuso.

Laura Vicuña nació en Santiago, en Chile, el 5 de abril, 1891. Sus Padres fueron José Domingo y Mercedes Pino.

La familia Vicuña eran unos aristócratas chilenos que fueron forzados al exilio debido a la revolución. Ellos se refugiaron en Temuco en una casa muy pobre, pero poco tiempo después, José Domingo murió repentinamente y Mercedes tuvo que refugiarse con sus dos hijas en Argentina.

Llegaron a Junín de los Andes. Mercedes llegó a conocer a un hombre muy agresivo, un ganadero llamado Manuel Mora, del cual, debido a la condición miserable en la que estaban viviendo ella y sus hijas, no solo aceptó trabajar para él, sino que además se mudó a vivir con él en unión libre.

Laura Vicuña: sobresaliente y devota

En el año 1900, Laura y su hermana, Julia Amanda, fueron internadas en el colegio de las hermanas salesianas de María Auxiliadora en Junín de los Andes.

Laura vicuña se destacaría por ser una alumna modelo: mucha oración, escucha a las hermanas con atención, a disposición siempre de sus compañeras, feliz y dispuesta a hacer sacrificios.

Al año siguiente, hizo su primera comunión con el mismo fervor y los ideales como Santo Domingo Savio, a quien había tomado como modelo. Entró en los Hijos de María.

Despertando la conciencia

Mientras una de las hermanas estuvo explicando el sacramento del matrimonio durante la catequesis, Laura Vicuña comenzó a entender el estado de pecado en que se encontraba su madre y se desmayó.

Ella también comprendió el por qué, durante los días de fiesta en la granja, su madre la hizo orar en secreto y nunca fue a los sacramentos.

A partir de entonces, Laura Vicuña aumentó sus oraciones y sacrificios por la conversión de su madre para que saliera del estado de pecado puesto que se encontraba viviendo en unión libre, sin la gracia del Matrimonio.

Durante las vacaciones de 1902, Manuel Mora se encontraba en actitud amenazadora hacia Laura; ella había crecido y se estaba transformando en una chica muy linda, por lo que, el aberrante Mora, comienza a hacerle halagos y tiene un interés poco respetuoso por ella.

De inmediato, Laura Vicuña se da cuenta, y le pide a Dios que le dé la suficiente valentía para rechazar al vil hombre y así lo hizo. Mora al verse humillado estalló en cólera y salió del lugar muy furioso con la niña. La golpea furiosamente porque se le negó una vez más a sus propuestas indecentes.

Laura Vicuña y su ofrecimiento a Dios

Laura Vicuña regresó a la escuela como estudiante asistente, debido a que Mora la botó de su casa y dejó de costear sus honorarios.

Con todo su corazón, ella preguntó si podía convertirse en Hija de María Auxiliadora, a lo que de inmediato fue aceptada y entonces la aceptan gratuitamente en la Escuela

Ella entonces ofreció su vida al Señor para la conversión de su madre, llegó a ser muchos más sacrificios que antes, y con el consentimiento de su confesor, el Padre Crestanello, hizo votos privados en los que decide entregar su vida a Dios para que su mamá se salve

Su salud se vio deteriorada debido a los sacrificios que hacía y surgió además una enfermedad como producto de ayudar a salvar a niños más pequeñas en una inundación que hubo en la escuela en pleno invierno, en la que ella pasó un tiempo muy prolongado con los pies sumergidos en el agua helada.

En su última noche, Laura Vicuña le confesó a su madre:

"Mamá, me estoy muriendo! Durante mucho tiempo he rogado a Jesús, ofreciendo mi vida por ti, así que pronto voy a regresar con Dios... Mamá, antes de morir, ¿tendré la oportunidad de verte arrepentida por tu vida de pecado?" Mercedes, muy conmovida, respondió: "Te prometo que haré lo que me pides."

Con esta alegría, Laura Vicuña murió la noche del 22 de enero de 1904. Su cuerpo yace en la capilla perteneciente a las Hermanas Salesianas en Bahía Blanca.

En el centenario de la muerte de Don Bosco, esta hija elegida, que había dado su vida por la virtud más querida para el Maestro, fue proclamada beata

 

Beata Laura Vicuña para obtener gracias

Nos dirigimos a ti, Laura Vicuña, que la Iglesia nos propone como modelo de adolescente, valiente testimonio de Cristo.

Tú que has sido dócil al Espíritu Santo y te has alimentado de la Eucaristía, Concédenos la gracia que con confianza te pedimos…

Obtennos fe coherente, pureza valiente, fidelidad al deber cotidiano, fortaleza en el vencer las insidias del egoísmo y del mal.

Haz que también nuestra vida, como la tuya, esté totalmente abierta a la presencia de Dios, a la confianza en María y al amor fuerte y generoso para con los otros.

Amén

Fuente: Píldoras de Fe

InfoANS

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