“Hemos empezado a hacer posible que los jóvenes se acerquen a nosotros para hacer campamentos escolares de un día, para ofrecer experiencias a quienes no tienen otra posibilidad de contacto con la naturaleza, involucrándolos en proyectos respetuosos con el medio ambiente, que se convierten también en oportunidades de encuentro y respeto interreligioso. Acogemos con satisfacción y alentamos las solicitudes de los jóvenes que desean trabajar como voluntarios en Palestina y que desean participar en proyectos educativos en el ámbito social”. 

Adele Amato, responsable de la Oficina de Planificación y Desarrollo Local, refiere sobre la organización de las actividades de las casas salesianas: “Nuestro objetivo es utilizar los proyectos como un vehículo para reforzar la misión salesiana, respetando las peticiones de los donantes actuales con la máxima transparencia y prestando la máxima atención a la gestión de los recursos y a la sostenibilidad. Al mismo tiempo, nos esforzamos constantemente por encontrar una manera para financiar las actividades, a través de iniciativas como la bodega, la panadería y la formación del personal de la empresa, con el fin de devolver a los Salesianos a los jóvenes, liberándolos en la medida de los posible de las actividades administrativas y centrándolos en la misión escolar-educativa y de apoyo directo a los jóvenes”.

Presentando la compleja realidad de Nazaret, en el Distrito Norte de Israel, se encuentra el P. Lorenzo Saggiotto, un Salesiano italiano que trabajó en Medio Oriente desde 1968. Hoy es Director del Centro Salesiano de Belén, pero de 2000 a 2019 se encuentra trabajando en Nazaret.

Así es como explica la realidad de los jóvenes árabes israelíes que viven en la pequeña ciudad de la histórica región de Galilea: “El entorno juvenil de Nazaret es muy difícil para la juventud árabe-israelí, que se ve afectada negativamente por el contacto con el mundo judío – señala – Aquí, cada vez más a menudo la religión es solo una imagen exterior, estamos siendo testigos de una fuerte secularización incluso en el Islam. El mayor problema es el de la crisis de identidad: para entenderlo, basta con considerar el hecho de que, entre nuestros estudiantes musulmanes, que constituyen el 80% del total, solo el 20% respeta el Ramadán".

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