RMG – El nuevo Consejero de la Región Mediterránea: “Mi sueño parte de nuestra historia, que no es pasado, que es promesa de futuro”

17 Julio 2020

(ANS - Roma) – En su vida salesiana el P. Juan Carlos Pérez Godoy - español, 60 años - fue Superior de dos Inspectorías españolas diferentes y participó en cuatro Capítulos Generales. Con esta vasta experiencia, ahora se enfrenta a un desafío completamente nuevo: llevar a cabo la tarea y la misión de Consejero de la Región Mediterránea. Hoy les habla a los lectores de ANS.

¿Qué lo motivó a convertirse en salesiano?

No conocía a los salesianos de nada. Gracias a una beca solicitada por mi maestra, la Srta. Carmen Gabaldón, y para la que aprobé el examen, fui a estudiar a los Salesianos de Utrera (primera casa de los salesianos en España) con 10 años. Allí estuve siete años interno. Lo primero que me llamó la atención fueron los salesianos. Yo los veía diferentes, eran unos religiosos especiales, alegres, cercanos, se preocupaban de nosotros, jugaban con nosotros y al mismo tiempo eran exigentes. Después fui conociendo la vida de Don Bosco a través de las filminas y algunas lecturas. Recuerdo que un año para un concurso me aprendí de memoria el opusculito sobre el sistema preventivo, (pero no me lo preguntes hoy, eh…). Así, fui entendiendo por qué los salesianos eran como eran: porque eran hijos de Don Bosco que amaba profundamente a los jóvenes, era cercano a ellos y a sus problemas. Cuando más niño me llamaban la atención tantas anécdotas y hazañas, los milagros… Después fui comprendiendo un poco más su espiritualidad que era muy sencilla, su obra extendida por todo el mundo (nos ponían unas carteleras con fotos de todo el mundo salesiano, de las misiones), pero sobre todo el sentido de la fiesta y la alegría. Nos decían que la santidad consistía en estar siempre alegres. Cuando llegó el momento de decidir sobre mi futuro, estando en el Curso de Orientación Universitaria, sentía en mi interior la inquietud de la llamada a ser salesiano. En un retiro me encontré con esta frase: “De tu sí o de tu no depende la felicidad de muchos”. Y decidí decir SÍ al Señor.

¿Qué lleva consigo de la experiencia del CG28?

Este es el cuarto Capítulo General en el que participo, pero, si en ningún capítulo queda uno indiferente, en éste, menos en mi caso. Lo primero que me ha marcado es haberlo celebrado en Turín, en esos lugares salesianos, santos para nosotros. Todo me hablaba de la presencia de Don Bosco y de la Auxiliadora, con una llamada fuerte a la fidelidad y a la santidad. Eso ciertamente marca. Lo segundo ha sido la presencia de los jóvenes. Tengo aún en mi corazón y en mi memoria los días vividos con ellos -representantes de todo el mundo salesiano- que compartieron con nosotros una semana capitular. Su presencia, sus palabras, sus mensajes, sus testimonios, lo que nos han pedido -al menos para mí- ha sido una nueva “carta de Roma”. Han llenado de frescura y de espontaneidad el ambiente capitular llamándonos, con sencillez, a lo esencial como salesianos: estar en medio de los jóvenes, quererlos, ser signos de paternidad para ellos, acompañarlos al encuentro con Dios… Y, por último, no me ha dejado indiferente el hecho de haber sido elegido Consejero Regional para la Región Mediterránea. Sin duda, se abre una nueva etapa en mi vida salesiana.

En estas primeras semanas, marcadas por las restricciones a causa del Covid-19, ¿Qué pudo ver, saber, aprender sobre la nueva designación? ¿Qué espera para el futuro?

Como Consejero General he aprendido que la primera tarea es la de cooperar con el Rector Mayor en la animación y gobierno de la Congregación. Y dentro del Consejo, como Regional, la de promover la unión más directa de las inspectorías que conforman esta Región Mediterránea con el Rector Mayor y su Consejo; tendré que cuidar los intereses, la vida y la misión, de las inspectorías que me son confiadas; y habré de facilitar en el Consejo el conocimiento de las situaciones locales en las que se desarrolla nuestra misión. Todo ello me supondrá el contacto frecuente con los inspectores y consejos inspectoriales, las visitas extraordinarias, la presencia en los curatorium de las casas de formación y en los organismos regionales, momentos de encuentro y coordinación, etc.

En cuanto al futuro, esta es una preciosa Región que tiene sus riquezas -la primera entre otras, las personas- y, evidentemente, tiene también desafíos. Lo que nos hará consolidarnos y crecer en sentido de Región, será afrontar esos desafíos con valentía y decisión, poniendo lo mejor de cada uno al servicio del carisma y la misión salesiana en nuestro contexto territorial e histórico, con una grande confianza en el Señor: “Adelante, siempre adelante, con la mirada puesta en el Señor”, como nos enseñó Don Bosco.

El Covid-19 ha condicionado la forma en que nos reunimos, nos conocemos... ¿Cómo cree que la tecnología y los medios de comunicación han acompañado y están acompañando este proceso en su región?

Ciertamente ha condicionado el inicio de mi servicio tanto en la posibilidad de visitar las inspectorías como en el desarrollo de determinadas reuniones que estaban previstas. Pero, por otra parte, nos ha hecho descubrir la posibilidad de esta comunicación “virtual” que nos ha permitido poder llevar adelante una buena parte del programa tal como estaba previsto. He podido saludar a todas las comunidades de algunas inspectorías, hemos tenido todos los curatorium de las casas de formación, fiestas de la comunidad inspectorial que se han celebrado online, etc. En el propio Consejo General, ante la imposibilidad de estar todos en la sede, hemos aprendido esta modalidad de desarrollo de nuestras reuniones, aunque he de decir que no es lo ideal, en el sentido de que resuelve un obstáculo, pero se pierden otros elementos que posibilita la presencia física.

Dentro de seis años, ¿Cómo visualiza y proyecta su región?

Don Bosco era un gran soñador con los pies en la tierra. Mi sueño parte de nuestra historia, que no es pasado, que es promesa de futuro y de la que tanto tenemos que aprender. Una historia hecha por hermanos, con nombre y apellido, que han entregado su vida y que habla de la generosidad, de la vitalidad y de la fidelidad de nuestras inspectorías, de los hermanos, de la Familia Salesiana y de tantos jóvenes y laicos comprometidos. Es verdad que tenemos que afrontar algunos desafíos: la fecundidad vocacional; la revitalización de nuestra vida consagrada salesiana; la atención a los jóvenes más pobres y en riesgo de exclusión -con una particular mirada a la inmigración-; nuestro horizonte misionero: es impresionante la sensibilidad misionera de nuestra región, con muchas inspectorías de las que dependen casas en territorios misioneros, y el horizonte misionero dentro de nuestra propia Región con el Medio Oriente que demanda de nosotros una gran solidaridad.

No podemos dejar de soñar. Yo sueño con una gran comunión de personas, todos los salesianos, de todas las edades y condición, los seglares enamorados de Don Bosco, la Familia Salesiana que unidos y en convergencia de intenciones y sinergia de fuerzas trabajamos por la educación y evangelización de los jóvenes. Estar con ellos, en medio de ellos, contar con ellos es el secreto de nuestra fidelidad. Sin ellos no seremos fieles al precioso tesoro de la vocación salesiana que se nos ha dado. Son garantía de nuestro futuro. Me gustaría, en este sentido, que, como Don Bosco, viviéramos como si viéramos al invisible.

InfoANS

ANS - “Agencia iNfo Salesiana” - es un periódico plurisemanal telemático, órgano de comunicación de la Congregación Salesiana, inscrito en el Registro de la Prensa del Tribunal de Roma, Nº. 153/2007.

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