Los hijos de Don Bosco en Perú están presentes en la región de la costa, en la sierra y en la selva y en todos estos contextos el gran desafío es siempre representado por situaciones de gran vulnerabilidad.
Los salesianos llegaron a Perú en 1891. Era la primera expedición misionera que envió Don Rua. Actualmente las obras salesianas en Perú son 16, distribuidas en todas las regiones del país. Hay grandes escuelas frecuentadas cotidianamente por miles de alumnos, que van desde la infancia hasta el secundario, con tantas parroquias, sea en las ciudades que en la selva, con decenas y decenas de capillas esparcidas por poblados, algunos tan remotos que los misioneros logran visitar solamente una vez al año.
Una hermosa iniciativa de los salesianos en Perú, puesta en marcha hace algunos años es la “Casa Don Bosco”. Son alojamientos al lado de la escuela o de la parroquia salesiana, donde se hospedan los jóvenes más pobres y los que llegan desde poblados lejanos. Muchas veces ellos tienen problemas familiares, con los papás enfermos y sin posibilidad de trabajar para sustentarse. Otras veces son hijos de jóvenes madres, que para casarse dejan su hijo a los salesianos e inician una nueva vida.
El proyecto de "Missioni Don Bosco"
Nacida en 1993 para ayudar a los llamados 'pirañitas', niños de la calle que se encuentran en la capital de Perú, la Comunidad de Acogida Don Bosco, trabaja en estrecho contacto con los servicios sociales e instituciones, ofreciendo a los menores no solamente una casa en la cual vivir, con comida en una mesa, horarios regulares y atención médica garantizada, sino también un servicio de apoyo psicológico y espiritual, además de un itinerario de acercamiento a sus familias.
Investigación, acogida, socialización, profesionalización, inserción profesional: estas son las etapas elaboradas en los años por los salesianos de la Comunidad de Don Bosco en Breña, Lima, para garantizar el derecho al futuro de los menores con mayor desventaja, en particular los 'pirañitas' que viven por la calle. Después de un primer contacto e invitación a participar al programa, los jóvenes son hospedados en el centro de acogida, donde una en un ambiente familiar, encuentran la confianza necesaria para retomar un itinerario formativo que les permita encontrar un trabajo.
Actualmente son 68 muchachos de 12 a 25 años, ellos reciben una protección integral que pasa a través del respeto y de las normas de prevención del coronavirus, que Perú está en una fase de gran agresividad, complicando aún más la situación socio-económica ya difícil del país.
