El espíritu navideño es dar a quien lo  necesita. Por este motivo, el Banco de Alimentos de Hungría organizó un amplio programa nacional de recolección de alimentos, entre el 27 y el 29 de noviembre, en el que participaron unos 6.000 voluntarios, con el fin de llegar a las familias pobres, las más afectadas por la crisis. de la pandemia.

En unos 160 pueblos y ciudades, se han establecido 250 puntos de recolección y alentado a los clientes de tiendas y supermercados a comprar raciones adicionales de alimentos para donar a los necesitados. La respuesta fue altamente positiva y los voluntarios pudieron donar 50.000 paquetes a las familias más pobres. Operación en la que también participó el grupo Cáritas de la Parroquia Salesiana de Kazincbarcika. Colaborando con un supermercado local, el equipo apoyó la causa, ayudando así a aquellos que están en dificultad para poner comida en la mesa.

Los organizadores también quedaron asombrados por la participación de los alumnos voluntarios de la escuela secundaria “San Francesco de Sales” y la escuela técnica “Irinyi János”. Su contribución fue considerada significativa y notable, y por esta razón fue muy apreciada por el equipo local de la Cáritas.

Esta recolección de alimentos llega en un período muy significativo, el de Navidad. Fue un gesto importante para muchas familias que, lamentablemente, se encuentran en serias dificultades económicas. El grupo de la Cáritas afirma que pudo tocar con la mano la fuerza del amor y de la caridad. Nadie retrocedió, más bien, abrieron sus corazones y brindaron un gran apoyo en momentos de necesidad.

“Fue muy lindo - explica la Cáritas local - constatar que muchos benefactores a pesar de las dificultades impuestas por la pandemia Covid-19, quisieron dar su contribución y mostraron toda su generosidad”.

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