Ciudad del Vaticano - marzo 2021- El Papa Francisco presidió este domingo 28 en la Basílica de San Pedro, la solemne celebración litúrgica del Domingo de Ramos y de la Pasión del Señor. El Santo Padre que celebró en el Altar de la Cátedra, en la homilía invitó a los fieles -en esta Semana Santa- a levantar la mirada hacia la Cruz para recibir la gracia del asombro. "Empecemos de nuevo con asombro; miremos el Crucifijo y digámosle: "Señor, ¡cuánto me amas, qué valioso soy para Ti!”. Dejémonos sorprender por Jesús para volver a vivir, porque la grandeza de la vida no está en tener o en afirmarse, sino en descubrirse amados. Ésta es la grandeza de la vida, descubrirse amados. Y la grandeza de la vida está precisamente en la belleza del amor. En el Crucificado vemos a Dios humillado, al Omnipotente reducido a un despojo. Y con la gracia del estupor entendemos que, acogiendo a quien es descartado, acercándonos a quien es humillado por la vida, amamos a Jesús. Porque Él está en los últimos, en los rechazados, en aquellos que nuestra cultura farisaica condena".