"La Rue" (calle, en francés) es el primer paso, el que implica acercarse y crear una relación de confianza entre el salesiano o asistente social y el niño; el segundo paso es "Lakou" (patio, en criollo), y consiste en recibir al niño en una primera área de recepción y posiblemente ingresar a una escuela o itinerario vocacional.
La tercera etapa, en cambio, se denomina “Maison” (hogar, en francés) y consiste en el cuidado del menor durante 2 o 3 años en la casa familiar “Foyer Lakay”. Durante este período la comunidad trabaja por su reintegración socio-familiar, dirigiéndolo a una escuela profesional interna, a la que asisten jóvenes que no viven en la estructura, que ofrece cursos de electrónica, corte y confección, refrigeración, estética, y carpintería.
La edad y el nivel educativo de los beneficiarios difieren de la escolaridad normal de otros niños, ya que a menudo han pasado varios años desde su última asistencia a los pupitres de una escuela. Por ello, muchas veces necesitan tener un proceso de compensación de las brechas escolares, que les proporcione las herramientas culturales útiles para posteriormente recibir una formación profesional.
En el colegio salesiano "Padre Artur Volèl" se ha activado un programa específico, aprobado por el Ministerio de Educación para recuperar los años escolares, el que se desarrolla a lo largo de 4 años en lugar de 6.
Los beneficiarios del proyecto son 54 jóvenes y adolescentes a partir de 14 años, muchachos y muchachas, del programa del proyecto "Lakay", pero también participan otros jóvenes que vienen de los barrios aledaños a la escuela y que nunca tuvieron acceso a los estudios o los abandonaron prematuramente.
Gracias al apoyo psicológico brindado, se han observado muchos cambios a nivel relacional, moral e intelectual en estos niños y jóvenes, en un clima de solidaridad, donde la consecución de un objetivo personal se convierte en la victoria de todos y un incentivo para dar lo mejor de sí mismos.
Un papel de fundamental importancia lo están desempeñando los docentes, que han tenido que afrontar considerables sacrificios durante la pandemia, como permanecer en la escuela durante largos períodos sin poder reunirse con sus familias. La atención y el apoyo individual ofrecido por los profesores a los alumnos, con programas personalizados de recuperación, especialmente para los niños más débiles en materias básicas, han producido resultados inesperados.
Hoy en día la gran mayoría de los alumnos están motivados, asisten a la escuela con ilusión y han comprendido la importancia del camino que han tomado. Los jóvenes están conscientes de esta segunda oportunidad que han recibido para mejorar su vida y no quieren desperdiciarla.
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