“Mirando hacia atrás después de cinco años de estadía misionera en Japón, honestamente, tengo -explica el padre Chang- sentimientos diversos. ¿Fue demasiado tiempo? ¿O muy breve la estadía? Cuando llegué a casa, un hermano mayor me preguntó: '¿Pasaron tan rápido tus tres años en Japón?' ¡Pero no han pasado tres años!, sino cinco, tres de los cuales en Tokio para aprender el idioma japonés”.
Después de estudiar japonés, dos años en la comunidad Chofu y uno en Meguro, el padre Chang comenzó su labor pastoral. Como él mismo escribe: “no fue fácil adaptarse a las diferentes culturas de la comunidad y de los jóvenes. La "barrera" del idioma se ha vuelto más alta de lo que imaginaba al principio. Aunque me estaba adaptando lentamente al idioma japonés, necesitaba más para adaptarme a la cultura en el trabajo pastoral. Al no tener licencia de profesor, no me pudieron asignar a la escuela, por lo que me enviaron a dos comunidades pastorales diferentes: primero Meguro y luego Beppu”, explica.
El padre Chang narra también los cambios encontrados en Japón. "Aunque la misión en la Inspectoría japonesa no fue fácil para mí, tuve la oportunidad de ver que está cambiando tanto en términos de vida comunitaria fraterna como en términos de esfuerzo, con la finalidad de concentrarse más profundamente en la misión con los jóvenes pobres. Si en el futuro otro hermano coreano desea tener una buena experiencia de la vida salesiana en Japón, mis dificultades y éxitos podrían convertirse en un importante punto de partida para él ... Creo que todos ellos podrían beneficiarse de mi experiencia misionera en Japón".
Finalmente, el misionero coreano dijo que está muy agradecido por esta experiencia y desea agradecer a todos los que lo apoyaron y acompañaron en el territorio japonés, y a quienes lo ayudaron con sus oraciones en Corea. Recordó que Japón y Corea, son dos Inspectorías cercanas entre sí, con un idioma en algunos aspectos similares y cada hermano coreano, abriendo su corazón a una labor misionera en Japón, sacaría grandes lecciones y una experiencia profunda.
