El objetivo de esta iniciativa de advocacy es sensibilizar a los partner de los salesianos de las instituciones europeas, sobre la situación de los menores presos en las cárceles de adultos de todo el mundo, partiendo de la situación vivida en la prisión de Pademba en Freetown, que se registra en el documental.
Alberto López y Angel Gudiña representaron a "Misiones Salesianas", el principal productor del documental, acompañados por dos testigos de Sierra Leona: el misionero salesiano P. Jorge Crisafulli, SDB, y el Sr. Chennor Bah, respectivamente Director y miembro del staff de la Obra “Don Bosco Fambul”.
Esta delegación, encabezada por el Secretario Ejecutivo de "Don Bosco International", Renato Cursi, ha podido encontrar en Bruselas a algunos de los interlocutores de las instituciones con las cuales colaboran los Salesianos de Don Bosco, en el interior de las instituciones europeas con sede en Bruselas.
En la ocasión, se mantuvieron reuniones bilaterales con la Representación Permanente de España ante la Unión Europea y sus responsables de Cooperación al Desarrollo; con funcionarios de la Secretaría de la Subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo y la Secretaría de la Asamblea Parlamentaria Paritaria UE-ACP (África, Caribe y Pacífico), así como con la Unidad de África Occidental de la Dirección General de la Comisión Europea para el Partenariado internacional.
El documental se proyectó en dos ocasiones: la primera en la sede de la Comisión de las Conferencias Episcopales de los Estados Miembros de la Unión Europea (COMECE); y el segundo en la Capilla para Europa, un espacio ecuménico en el corazón del distrito de las instituciones de la UE en Bruselas, donde asistieron representantes de la UE y de otras organizaciones intergubernamentales.
El segundo evento, en cambio, estuvo dedicado a una audiencia de organizaciones de la sociedad civil con sede en Bruselas, incluidas las organizaciones religiosas.
El elemento más apreciado de esta iniciativa de incidencia fue el testimonio de Chennor Bah, quien compartió su experiencia personal: primero en cuanto niño de la calle terminó en la cárcel, a pesar de ser menor de edad entre presos adultos; pero después de salir de allí se comprometió, primero como voluntario y ahora como operador, con “Don Bosco Fambul”, para ayudar a los amigos que tuvo en la cárcel y a los niños más pequeños que aún viven en la calle. Su historia de sufrimiento, redención y perdón ha demostrado cómo los jóvenes son un recurso para la sociedad incluso cuando la sociedad ha tratado de descartarlos, y lo importante que es llegar a los más vulnerables entre los jóvenes, incluso en las cárceles y centros correccionales.
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