Uruguay – “El reencuentro” de la Familia Salesiana para celebrar a Don Bosco

03 Febrero 2022

(ANS – Montevideo) – A dos años de la última fiesta de Don Bosco presencial, la Familia Salesiana en Uruguay se reunió este 31 de enero para formar parte de “El Reencuentro” y dar gracias por la vida y misión de su santo fundador. Cumpliendo con todos las medidas sanitarias correspondientes al tiempo de pandemia imperante, unas 800 personas, mayormente jóvenes (aunque no faltaron los adultos y los niños), se congregaron en la tardecita en el gran patio del Colegio Maturana (Montevideo) para festejar en familia.

Quienes no asistieron en forma presencial pudieron unirse a la celebración de la Eucaristía presidida por el Padre Inspector, Alfonso Bauer sdb, transmitida por Youtube y Facebook. En su homilía el resaltó que “Don Bosco tenía en su mente y en su corazón una única idea, una sola pasión: los jóvenes a quienes educar, buscar un trabajo, alimento y vestido, educación e iniciación al encuentro con el Señor”. “Quería, en definitiva, la salvación de los jóvenes, hecha de amor a la vida, del amor dado y recibido”, resalto.  El Padre Bauer afirmó, asimismo, que “el amor educativo es la herencia más hermosa que Don Bosco deja al mundo y a la Iglesia”,

El patio de Maturana estaba vestido de fiesta y su ambientación propiciaba los encuentros mediante livings dispersos en un amplio sector del mismo, mientras en los laterales se podía participar de diversas propuestas lúdicas.

Como en toda Fiesta de Don Bosco, el momento central fue la Eucaristía, en el marco de la cual hubo renovación de votos de un Hermano salesiano y el envío misionero de dos jóvenes.

La Misa estuvo colmada de gestos y se desarrolló en tres espacios contiguos según los distintos momentos. En la procesión de entrada, junto a los sacerdotes y diáconos, ingresaron algunos jóvenes con carteles escritos por algunos participantes de la fiesta que expresaron en pocas palabras su experiencia en las casas salesianas y que fueron colocados en uno de los escenarios.

Luego, la Palabra de Dios fue ingresada en procesión, con jóvenes y niños portando luces, quienes fueron los responsables de “iluminar” distintos momentos de la celebración.

“NOS LLAMAREMOS SALESIANOS”

Al inicio de su homilía el Padre Bauer invitó a recordar que “el 26 de enero de 1854, Don Bosco escogió a 4 muchachos para hacer una prueba: hacer con la ayuda del Señor y de San Francisco de Sales, una experiencia de ejercicio práctico de caridad con el prójimo”. “Desde aquella noche se llamó salesianos a los que se propusieron y se propongan tal ejercicio”, subrayó.

“Qué lindo es escuchar que tantos se sienten salesianos. Quizás antes se refería solamente a los religiosos o a las religiosas, pero es mucho más fiel al querer de Don Bosco, que pensó en un vasto movimiento en favor de los jóvenes, que animadores, laicos, educadores, exalumnos, madres, padres y tantos otros digan ‘yo soy salesiano’”, enfatizó el Padre Inspector. En su prédica animó a quienes se sienten salesianos a preguntarse “cómo serlo un poco más, un poco mejor, un poco más auténticos...porque no se trata de sentirnos, sino de ser en verdad verdaderos salesianos".

Luego, se detuvo en la figura de san Francisco de Sales (que este año se conmemoran 400 años de su fallecimiento), en quien se inspiró Don Bosco, “por su pasión apostólica y entrega infatigable”, para llevar adelante la misión en favor de los jóvenes. Más adelante, agregó que Don Bosco “se dejó impactar principalmente por la bondad, la dulzura, la mansedumbre de este pastor de almas” y que de él recogió el lema que puso por obra en toda su vida: “Da mihi animas, cetera tolle”. “Casi siempre traducimos este lema en ‘dame almas, llévate lo demás’ pero sería más correcto traducirlo como ‘Dame las personas y llévate lo demás (las cosas, los bienes…)”, puntualizó. En este sentido, precisó que “Don Bosco se preocupa por el bien integral del joven, no solamente por la parte espiritual, del alma”.

“Este Da mihi animas, es la pasión apostólica, la entrega, que la vemos, descubrimos y experimentamos en tantos jóvenes animadores, en tantos educadores, en tantos consagrados que viven como auténticos salesianos su vocación apostólica, poniendo en el centro la vida de cada niño, de cada adolescente, de cada joven. Es genial, recorrer nuestras obras, entrar en nuestros patios, participar de unos buenos días, recorrer las aulas, participar de alguna celebración y descubrir que en todas partes del Uruguay cuando uno sale fuera, es el mismo espíritu de familia, el mismo interés y preocupación por el joven, percibir que se respira un ambiente de confianza y cercanía”, expresó.

El Padre Bauer explicó que el lema de este año que animará la misión salesiana en el país está inspirado en el Aguinaldo, que es sacado de una frase de san Francisco de Sales: “Hagan todo por amor”, y “nosotros le agregamos ‘con todo el corazón’”, puntualizó. Recordó que en la experiencia de Don Bosco ese amor es traducido como amorevolezza. “La amorevolezza se transforma en ‘amor demostrado’, expresado y percibido: ‘Que los jóvenes no sólo sean amados, sino que se den cuenta de ser amados`”, acotó.

“Amar es la primera y última palabra de la pedagogía de Don Bosco, el alfa y la omega de su sistema educativo, la característica fundamental de su estilo educativo. A los directores les dice: ‘Procura hacerte amar antes que hacerte temer. La caridad y la paciencia te acompañen constantemente’”. “Se puede decir, por tanto, que el amor educativo es la herencia más hermosa que don Bosco deja al mundo y a la Iglesia”, afirmó con vehemencia el superior de los salesianos en Uruguay .

“Somos salesianos, llamados a vivir el ‘Da mihi animas, cetera tolle’, con amorevolezza, con amor y con dulzura”, resumió el Padre Bauer.

Luego de la homilía, una gran imagen de Don Bosco fue colocada a modo de telón en un escenario lateral al altar, mientras los niños y jóvenes que sostenían luces desde el inicio de la Misa se dirigieron a ese espacio. Allí Wilson Prestes sdb, de 28 años de edad, oriundo de Rivera (norte del país) renovó sus votos de pobreza, castidad y pobreza como hermano salesiano.

En ese mismo escenario, hacia el final de la celebración, tuvo lugar el envío misionero de dos jóvenes: Martín Silva, que durante un año misionará en Ecuador, y de Nicolás Raffo, que lo hará en Perú.

“Todos somos enviados a ser continuadores de un don del Espíritu: el carisma salesiano para el mundo” dijo seguidamente unos de los guías de la Eucaristía, al tiempo que algunos jóvenes encendieron bengalas que fueron pasando de mano en mano, extendiendo su luz, en la ya entrada noche, por toda la Asamblea.

Antes de la bendición final impartida por el Padre Inspector, los presentes se unieron en el rezo del Avemaría dirigiéndose a una imagen de la Auxiliadora iluminada por las luces depositadas en torno a la misma por los jóvenes y niños.

La fiesta prosiguió con los reencuentros en el sector de livings y las distintas propuestas de juegos y música.

InfoANS

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