Eden es una mujer que sirvió en los programas "Salesian Lay Missioner", un proyecto misionero laico voluntario de los salesianos en los Estados Unidos, y vivió y trabajó con niñas huérfanas y abandonadas en el "Hogar María Auxiliadora", una residencia que a largo plazo ofrece un entorno seguro y estructurado donde niñas y menores de 2 a 17 años pueden crecer para convertirse en mujeres jóvenes independientes y autosuficientes.
Ubicada en una comunidad rural a una media hora de Cochabamba, el "Hogar María Auxiliadora" es una casa salesiana que puede albergar hasta 45 menores y que siempre está llena. No es tanto un orfanato tradicional como una casa que hospeda y transforma. “Muchas de las niñas tienen una familia y el personal del centro siempre trabaja para fomentar la reunificación en todas las circunstancias en las que esto es posible”, explica el padre Gus Baek, responsable de “Salesian Missions”, la Procura Misionera salesiana con sede en New Rochelle, en Estados Unidos.
El propio padre Baek explica cómo a menudo, la pobreza generalizada y la falta de oportunidades laborales en toda Bolivia hace que algunos padres no puedan alimentar o cuidar debidamente a sus hijos. “En todos aquellos casos en los que la reunificación no es posible, de hecho, estas niñas realmente crecen en el Hogar, que se convierte efectivamente en su nueva familia”, continúa el salesiano.
Verónica llegó al centro salesiano cuando solo tenía seis años, abandonada por sus padres sin entender nunca por qué.
Instintivamente, Eden entendió desde el principio que su primera tarea sería dar confianza a Veronica sobre cuánto es valiosa. Así, en las semanas que precedieron al traslado de Verónica a la residencia donde Eden es supervisora, la educadora se dedicó a una práctica diaria. Todos los días le preguntaba: "Verónica, ¿cuándo te vienes por fin a vivir conmigo en el Hogar?"; "¿Cuando vienes? ¡Estoy esperando! ¿Cuanto tiempo tengo que esperar?". Este tipo de juego le transmitió tanta confianza a la pequeña que el día de la mudanza Verónica entró en su nuevo hogar con una gran sonrisa en el rostro. Y para transmitir aún mejor el mensaje, Edén ha apodado a Verónica "querida", para que cada vez que se sienta llamada Verónica perciba que hay quienes la aman y quieren mucho.
Hoy, gracias al servicio lleno de compasión de los salesianos y de sus colaboradores laicos como Edén, sea Verónica que sus compañeras están felices en el "Hogar María Auxiliadora". Tienen un lugar seguro para crecer, son alimentadas y cuidadas bien. Así, con sus necesidades básicas satisfechas son capaces de redescubrir su infancia y están alcanzando sus sueños para el futuro; también tienen la oportunidad de ir a la escuela y recibir una educación, practicar deportes y participar en una variedad de actividades culturales y educativas que les permitan adquirir habilidades y competencias que les serán útiles a lo largo de sus vidas.
El "Hogar María Auxiliadora" es solo uno de los muchos programas gestionados por los salesianos para servir a los menores abandonados en toda Bolivia y es una clara manifestación de la misión salesiana que quiere que todos los niños se sientan amados y queridos.
