La solidaridad salesiana mundial ha contribuido a la emergencia ucraniana con numerosas iniciativas de todo tipo. Ahora que se vuelve claro que la guerra en Ucrania no terminará tan pronto, se puso en movimiento una segunda fase de planificación y puesta en marcha para la reconstrucción de viviendas, hospitales y escuelas.

Entretanto, siempre se necesita ayuda inmediata y urgente para hacer frente a situaciones de emergencia que aún afectan directamente a millones de ciudadanos ucranianos, aquellos que todavía residen en las áreas más golpeadas por el conflicto armado.

Los Hijos de Don Bosco continúan destacándose también en este frente, trabajando en la compra, transporte y distribución en Ucrania de artículos de primera necesidad, muebles y utensilios para los refugiados hospedados en las estructuras salesianas; la instalación de alojamientos, el mantenimiento de la población desplazada y refugiada...

Entre las decenas de seguidores del Santo de la Juventud, comprometidos desde el pasado 24 de febrero para aliviar el sufrimiento de la población ucraniana, se pueden citar como ejemplo a dos salesianos: el padre Oleh Ladnyuk, siempre presente en la ciudad de Dnipro, y el padre Hryhoriy Shved, rector de la comunidad de Vynnykah. Ellos visitan regularmente para acompañar y animar a las familias de las ciudades de Lysychańsk, Sewerodoneck, Herson y Mykolajeh y cuando las personas necesitan alimentos u otros materiales, ellos se los llevan.

Pertenecientes ambos a la Visitaduría "María Auxiliadora" de la Ucrania greco-católica, representan sólo algunos de los últimos vectores de la solidaridad mundial salesiana, que ha implicado y sigue implicando a miles de personas en todo el mundo, a través de las comunidades, obras, escuelas , oratorios, parroquias, voluntarios, bienhechores, etc...

Desde el inicio de la guerra, más de 15.000 desplazados han pasado por las estructuras salesianas y más de 5.000 personas continúan recibiendo asistencia diaria en las casas salesianas, en Ucrania y en los países vecinos.

Más de 100 días después del inicio de la guerra, el mundo se está acostumbrando lentamente a este nuevo conflicto, como sucedió con Siria, Etiopía, Yemen y las innumerables otras guerras olvidadas presentes en todo el mundo. Por ello puede ser útil relanzar el llamamiento que Alexia, una joven refugiada ucraniana actualmente albergada por los Salesianos de Cracovia, dirigió a “Misiones Salesianas”, la Procura Misionera Salesiana de Madrid: “No se olviden de nosotros. Estamos agradecidos por toda la ayuda y oraciones. Nos fuimos de Dnipro hace dos meses y medio y solo queremos que termine todo para poder volver a casa. ¡Después de 100 días de guerra en Ucrania, queremos reunirnos con nuestras familias!”.

Sus palabras son las mismas que las de la mayoría de las mujeres y los niños refugiados. Cambia la ciudad de origen y la fecha de llegada, pero no la imposibilidad de entender la guerra, ni el deseo de paz.

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