La sesión, celebrada el pasado 29 de septiembre, estuvo animada por el padre Mariano Naing, salesiano birmano, que compartió sus reflexiones sobre el tema de la violencia verbal en la red y sobre todo, de los efectos que genera en la vida de las personas y en particular en los jóvenes.
Al iniciar su intervención, el religioso observó que los mensajes de odio son un fenómeno que amenaza todo el universo digital, un desafío tan amplio que ha ganado la atención mundial, y que suele preceder a distintos tipos de violencia, especialmente contra las minorías.
Sin embargo, a pesar de la amplitud del problema, el padre Naing explicó que en la actualidad no existe una definición unívoca del problema y que de hecho, a menudo es problemático encontrar la distinción entre libre expresión del pensamiento y el mensaje de odio.
Sin embargo, en el lenguaje común, el término "discurso de odio" (hate speech) se refiere genéricamente al discurso abusivo dirigido a un grupo o individuo en función de características intrínsecas, como la raza, la religión o el género, que pueden amenazar la paz social.
La Estrategia y Plan de Acción de las Naciones Unidas sobre el tema, define el discurso de odio como "todo tipo de comunicación oral, escrita o comportamiento que ataque o utilice un lenguaje peyorativo o discriminatorio en referencia a una persona o grupo en función de lo que es, en otros palabras, en base a su religión, etnia, nacionalidad, raza, color, ascendencia, género u otro factor de identidad”.
Todas las plataformas digitales pueden convertirse en herramientas para transmitir y difundir mensaje de odio, pero dado que gran parte del mundo se comunica a través de las redes sociales, estas últimas son las que juegan un papel importante en la propagación del odio online.
Un estudio citado por el padre Naing ha demostrado que un número significativo de adolescentes y adultos jóvenes son o han sido víctimas de mensajes online de odio. El efecto de tales mensajes de odio pueden conducir a graves daños psicológicos, especialmente para los jóvenes que aún se encuentran en la etapa de desarrollo individual.
“Podemos decir que el mensaje de odio online se ha convertido en otra misión de los salesianos hacia los jóvenes necesitados”, declaró.
Los gobiernos, los grupos religiosos y otras organizaciones están haciendo esfuerzos significativos para contrarrestar el fenómeno. Sin embargo, los comunicadores del mundo salesiano están llamados a sumergirse cada vez más en el mundo digital y contrarrestar los mensajes de odio en la red: un servicio que solo se puede realizar estando junto a los jóvenes.
