El lema del congreso fue: SPORT FOR ALL, COHESIVE, ACCESIBLE AND TAILORED FOR EACH PERSON: (Deporte para todos, cohesivo, accesible y adaptado a cada persona); y este lema fue el gran objetivo que el Santo Padre pidió a todas las organizaciones que asisten, para garantizar que en el mundo entero ninguna persona independientemente de su raza, condición ideológica, situación económica, familiar, discapacidad…ninguna se quede sin la oportunidad de poder practicar un deporte o actividades físicas, que se aúnen fuerzas, esfuerzos, se creen comunidades, redes, proyectos, para garantizar la actividad física-deportiva a todas las personas del mundo, haciendo hincapié en la población infantil y juvenil.
Se ha tocado en varias ocasiones el tema de la dimensión cristiana y espiritual en el deporte, en cómo la práctica deportiva ayuda al bien integral de la persona (tanto física como psicológicamente), en poner el deporte al servicio de la persona, un deporte responsable, sano y como testimonio de esperanza. Un deporte que en muchísimos casos “salva” a personas que lo sienten todo perdido, un deporte que a muchas personas les sirve de “refugio” cuando lo pasan mal, que sirve de “vía de escape” en situaciones de angustia…
Igualmente, el deporte es herramienta de cambio, como reflejo de la sociedad y motor de transformación, como un elemento muy importante a la hora de la inclusión social. Para poder desarrollar todo esto nos han pedido una y otra vez que creemos alianzas y redes para realizar proyectos honestos y con coherencia.
Monseñor Melchor Sánchez de Toca, secretario del Pontificio Consejo para Cultura, y persona en la que el Vaticano tiene derivado el tema del deporte, ha insistido en convencer a la sociedad sobre la bondad del deporte, en que se unan esfuerzos y recursos, que el deporte lleva a la felicidad, a encontrar el significado de la vida, que produce alegría y por lo tanto tiene que ser un derecho fundamental para todos. Nos ha tratado el deporte como creador de valores y un servicio para la sociedad, el deporte como una herramienta esencial en la calidad de vida.
En el discurso sobre el deporte del Papa Francisco al final del Congreso dejó frases para el recordar sobre el ámbito deportivo:
“Los animo a comprometerse para que el deporte sea una casa para todos, abierta y acogedora. Estoy cerca de ustedes en esta misión y la Iglesia les apoya en su compromiso educativo y social. Les animo a promover un deporte adaptado a cada persona, accesible y cohesivo, un reto que nadie es capaz de llevar a cabo por sí solo, porque ustedes saben que para conseguir objetivos altos, arduos y difíciles hay que jugar en equipo”. “La Iglesia está cerca del deporte porque cree en el juego y en la actividad física deportiva como lugar de encuentro, de formación de valores y de fraternidad, porque el deporte está como en su casa dentro de la Iglesia, especialmente en las escuelas y oratorios o centros juveniles”; “La dimensión del juego es fundamental, da alegría, genera sensibilidad y crea amistades, y al mismo tiempo es formativo. A través del deporte se pueden establecer relaciones sólidas y duraderas. El deporte es un gran generador de comunidad.”. “Si el mundo del deporte transmite unidad y cohesión puede convertirse en un formidable aliado para construir la paz.”. “La práctica de un deporte puede convertirse en una vía de redención personal y social, una forma de recuperar la dignidad. El deporte es un bien educativo y social y debe seguir siéndolo”. “Hay que eliminar las barreras físicas, sociales, culturales y económicas que impidan o dificulten el acceso al deporte, y junto a la accesibilidad debe haber aceptación”. “Hay que promover un deporte adaptado a cada persona y que cada persona pueda desarrollar sus talentos, partiendo de su propia condición, incluida la fragilidad o la discapacidad.”.
El congreso finalizó con una declaración internacional que los asistentes firmaron adquiriendo el compromiso que el Santo Padre pidió a todos.
Diego Pérez Ordóñez
