“Yo no era católico. Estando en el extranjero sufrí un accidente en el mar. Me vi arrastrado por la corriente y estuve a punto de ahogarme. No lograba llegar a la orilla. Me salvé milagrosamente. Entonces sentí una sacudida interior y comencé a pensar en mi vocación: la voluntad de Dios para mí”, narra don Reto Wanner, salesiano coadjutor suizo de 44 años.
Don Gabriel Cruz, mejicano de 39 años, escribió su primera carta de solicitud misionera al Rector Mayor hace cerca de 20 años. Fue un amor a primera vista por la vida misionera, desde la edad escolar: “El grupo misionero nos invitó a ir durante la Pascua entre los indígenas de la ciudad de Oaxaca. Mi corazón quedó tocado por aquella experiencia, tanto que después la repetí cada año en el período de Pascua”.
Quienes encendieron la llama misionera en don Sławomir Drapiewski, salesiano polaco de 30 años, fueron los jóvenes comprometidos en el voluntariado misionero, con los que cooperó en el pasado. Cuenta: “Esta colaboración, hecha de oración en común, meditaciones, reflexiones sobre cómo se vive en las misiones, cómo se puede ayudar al prójimo y, sobre todo, cómo hablar de Jesús, todo esto me impresionaba muchísimo”.
Los testimonios de los tres salesianos se pueden ver más extensamente –en sus lenguas originales y subtitulados en italiano, inglés y español - en el canal YouTube de ANSChannel.
