Vaticano - Avanza la causa del Siervo de Dios Padre Elia Comini, SDB

07 Abril 2017

(ANS - Ciudad del Vaticano) - El 04 de abril de 2017, durante el Congreso Peculiar de Consultores Teólogos de la Congregación para las Causas de los Santos, se dio la opinión positiva, con nueve votos afirmativos, en mérito a la fama de santidad y al ejercicio de las virtudes heroicas del Siervo de Dios P. Elia Comini (1910-1944), de la Sociedad de San Francisco de Sales.

El P. Elia Comini nació el 07 de mayo de 1910 en Calvenzano, en la provincia de Bolonia. Sus padres se llamaban Claudio y Emma Limone. Asistió a la escuela de los Salesianos en Finale Emilia, donde pidió ser religioso salesiano. Después de haber realizado un año de noviciado en Castel de Britt, hizo su primera profesión religiosa en 1926 y ese mismo año murió su padre. El Arcipreste de Salvaro (en la provincia de Bolonia), Mons. Fidenzio Mellini, que había conocido a Don Bosco, lo hará de segundo padre. Completó sus estudios en Turín Valsalice, e inmediatamente se graduó en Letras clásicas en la Universidad de Milán. El 16 de marzo de 1935 fue ordenado sacerdote.

El P. Comini era sacerdote y maestro, apóstol y educador de los jóvenes en las escuelas salesianas de Chiari y Treviglio. Él encarnó particularmente la caridad pastoral de Don Bosco y el trato de amabilidad salesiana que compartió con los jóvenes a través del carácter afable, la bondad y la sonrisa.

En el verano de 1944 regresó a Salvaro para ayudar a su anciana madre y ayudar a Mons. Mellini. La zona fue el epicentro de la guerra entre las fuerzas aliadas, los partidarios y los nazis. La población y las personas desplazadas de esos lugares siempre vieron muy cercano al P. Comini: dispuesto a las confesiones, a la predicación, y al uso de su cualidad de buen músico para hacer más atrayente las funciones religiosas. Junto con el P. Martino Capelli visitaba y socorría a los refugiados, a los detenidos, curaba a los heridos, enterraba a los muertos, ponía la paz entre la población y a menudo arriesgando su vida.

El 29 de septiembre de 1944 fue detenido junto al P. Capelli que iba hacia Grizzana, donde se consumía la matanza de 69 personas. Las SS los consideraron espías y lo maltrataron para luego utilizarlos como bestias de carga para el transporte de municiones. Se hicieron intentos innecesarios para salvar a los dos sacerdotes y a las demás personas. El Sr. Emilio Veggeti, alcalde del pueblo se enfrentó al comandante de la SS: “Entre sus prisioneros hay un sacerdote, libérenlo” y el P. Comini repetía “O nos liberan a todos o a ninguno”.

El domingo 01 de octubre de 1944, junto con otros 44 hombres, fueron asesinados por los nazis al borde de una amplia cisterna en las instalaciones de la industria Canapiere italiana.

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