Afortunadamente, en el momento en que las llamas se expandían, justo antes de las 7 de la mañana, los muchachos se encontraban reunidos en la oración de la mañana dentro de la iglesia de la obra, que se encuentra a unos cien metros del dormitorio.

La intervención de los bomberos fue fundamental para evitar la propagación de las llamas a los edificios colindantes, entre los que se encuentra un Centro de Formación Profesional Salesiano. El incendio, sin embargo, ha reducido a cenizas todas las posesiones materiales de los muchachos y todos ellos se han quedado solo con la ropa y las pocas cosas que tenían al salir del dormitorio.

El P. Gaudens Murasandonyi, Salesiano congoleño que trabaja en la obra, expresó que los jóvenes actualmente se alojan en otras instalaciones del complejo salesiano, esperando encontrar una solución alternativa para su alojamiento.

Conocido el desastre, ayer por la tarde, Mons. Paul Ssemogerere, Obispo de la diócesis de Kasana-Luweero, visitó la obra salesiana y a los muchachos, para brindar consuelo.

La comunidad salesiana, en colaboración con la Oficina de Planificación y Desarrollo local (PDO), planea promover iniciativas para una recaudación de fondos extraordinarios y confía en la solidaridad salesiana internacional para poder entregar a los cientos de muchachos afectados por este desastre, un lugar dónde poder vivir. La mayoría de los muchachos que viven en el albergue provienen de familias pobres.

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