Cuando el sol no da descanso, cuando ya se han rendido las últimas materias de estudio de diciembre y llega la época del “budín con frutas” (dulce), los animadores del Movimiento Juvenil Salesiano saben que se acercan las experiencias de verano. En Argentina Norte, las propuestas son tan variadas como los gustos y necesidades de cada comunidad y de cada joven.
Durante el mes de enero se llevan a cabo los retiros de la propuesta formativa de la Pastoral Juvenil, tanto a nivel zonal como inspectorial. Además, cada año - pero este 2019 particularmente - el “éxodo” de jóvenes que cambian por unos días su lugar de residencia para servir en las actividades de alguna obra salesiana, es masivo.
Desde Don Bosco Norte nos hace conocer lo vivido en algunas casas de la Inspectoría Artémides Zatti. Presentamos algunos testimonios.
En Salta. El Oratorio de verano que se realiza en los patios de “La Cefe” es organizado por jóvenes que participan activamente de los grupos juveniles, como también por una gran cantidad de chicos del barrio y animadores del “Ángel Zerda” que cada verano se suman a esta fiesta del Oratorio. Participaron cerca de 300 niños y jóvenes entre 8 y 17 años, de distintos puntos de la ciudad, que compartieron juegos masivos, torneos de fútbol, básquet, y también campeonatos con los juego de la sala y gracias a la gran ayuda de los 27 animadores del oratorio
En Corrientes. El Patio Bosco 2019 contó con cinco oratorios en donde los jóvenes animadores y la comunidad, fueron a llevar alegría y su testimonio de un Jesús vivo a chicos de entre 3 y 15 años. Un grupo de 10 voluntarios prestó su ayuda desde Salta, Rosario, Córdoba y Formosa.
En Chaco. Del 19 al 31 de enero, en la comunidad salesiana de Fontana, se vivió la edición número 20 de “Semana Oratoriana Salesiana”. Y la última semana de enero se llevó el oratorio a ocho barrios diferentes. Cada uno estuvo animado por 25 a 30 jóvenes y adultos que acompañaron a unos 200 niños y jóvenes.
En Santiago del Estero. La Colonia de vacaciones animó a unos 400 jóvenes y estuvieron animados por unos 35 jóvenes animadores y 21 voluntarios.
Es indudable que para lograr un verano salesiano hace falta el esfuerzo, el compromiso y la dedicación de un enorme número de personas que van tras un único objetivo: La santidad al estilo de Don Bosco.
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