Se encuentran desde mayo de 2018 y, a pesar de las dificultades iniciales, aprovecharon las muchas oportunidades que esta experiencia les ofrece. En Filipinas, de hecho, han aprendido a reflexionar sobre cuestiones sociales, nunca antes abordadas; y a conocer las fortalezas y debilidades de su propia cultura.
“La comunicación de los húngaros, por ejemplo, es muy directa y esto puede resultar extraño para otros miembros de la comunidad. Pero es bueno pasar mucho tiempo con otros coautores de esta comunidad”, agregaron. Por esta razón, apreciaron especialmente los momentos que pasaron juntos, como las oraciones, las comidas y los viajes.
Visitando los diversos ambientes salesianos, los dos coadjutores pudieron ver también cómo se aplica el carisma salesiano en Filipinas. También señalaron que aquí hay un mayor trabajo de los laicos en la vida de la Iglesia.
“Esperamos que la formación específica de los Salesianos Coadjutores pueda ser siempre útil para la Familia Salesiana, en Hungría y en el resto del mundo, enriqueciendo cada año más el aspecto específico del Coadjutor Salesiano”, concluyeron Gábor y Áron.
Actualmente, la “Comunidad Sandor”, dirigida por el P. Arnoldo Sanico, SDB, está compuesta por cuatro formadores (tres sacerdotes y un coadjutor) y cuenta con 21 coadjutores de cinco regiones y 13 Inspectorías diferentes.
Gracias al Santo Patrón de esta casa de formación, las relaciones entre Hungría y la ciudad de Parañaque crecen año tras año. De hecho, el año pasado, el Ecónomo Inspectorial de Hungría Sr. Géza Nádudvari, participó en el Curatorium de Filipinas y experimentó personalmente el ambiente de esta comunidad de Coadjutores Salesianos, tan querida por la Familia Salesiana. Este año, el P. János Andrásfalvy, delegado para la Formación de la Inspectorial Salesiana de Hungría (UNG), participó en la experiencia del Curatorium.
