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España – El obispo que gestiona su diócesis del Congo a distancia por el Covid-19: “la misión es una tarea común de la Iglesia”

08 Julio 2020

(ANS – Madrid) – Monseñor Miguel Ángel Olaverri, Salesiano, Arzobispo de Pointe-Noire (República del Congo) se vio atrapado en París por el cierre de fronteras. Todavía no ha podido regresar a su archidiócesis; pero sí a España, donde presentó la “Memoria 2019 de Obras Misionales Pontificias”. Destaca que la misión es «una tarea común de la Iglesia», por lo que también sus fieles se esfuerzan por aportar desde su pobreza. El año pasado, su contribución fue de 10.000 euros.

El obispo salesiano monseñor Miguel Ángel Olaverri ha tenido que gestionar su archidiócesis de Pointe-Noire (República del Congo) durante toda la pandemia desde el extranjero. Un tiempo que ha vivido «con mucha pena». Sorprendido en París por el cierre de fronteras, solo recientemente pudo entrar al menos en España, su país natal. En la nación africana que ha convertido en su hogar las fronteras siguen cerradas.

Gracias a las conexiones de wifi y al WhatsApp «he podido estar en contacto todos los días con mi vicario general, con mi secretario y con el ecónomo», explica en entrevista a Alfa y Omega. También ha mantenido el contacto con sus fieles gracias a dos intervenciones semanales para Radio María, que «ha sido un medio muy importante, y el único, para estar comunicados durante el confinamiento».

Monseñor Olaverri ha participado este lunes en la rueda de prensa de presentación de la Memoria 2019 de Obras Misionales Pontificias. En 2019, Pointe-Noire recibió de OMP 45.000 euros para el funcionamiento de la diócesis, construcción de salas de catequesis o casas sacerdotales, implantación de nuevas parroquias en la selva o en barrios periféricos, sostenimiento de conventos de reciente creación y formación de catequistas. Esta última partida se destina sobre todo a los 200 catequistas de la zona rural de la diócesis, pues «es mucho más difícil mantener el contacto con ellos». A los 700 del área urbana pueden apoyarlos sus parroquias.

Con esa aportación, «se organizan varias sesiones de formación al año y se les paga el viaje», explica el arzobispo. También se ponen a su disposición materiales como una reciente edición del Nuevo Testamento en lengua kituba. Y «a los que se dedican a tiempo completo a visitar a pie los poblados, se les ayuda en su sustento».

Además de esta aportación cotidiana, monseñor Olaverri ha solicitado ayuda porque necesita para asistir a tres comunidades religiosas que viven muy aisladas y, además de pasar grandes dificultades tienen que seguir atendiendo a la población con alimentos y medicinas.

El arzobispo subraya, con todo, que esta ayuda ya no es unidireccional, de Europa a África y otras zonas menos desarrolladas. «El año pasado nosotros aportamos a OMP 10.000 euros. Tratamos de sensibilizar a la gente de que la misión es una tarea común de la Iglesia».

Por: María Martínez López en alfayomega.es

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