RMG – “He acariciado al gris”. Encuentro con el Sr. Renato Celato

14 Marzo 2016

(ANS – Roma) – El Sr. Renato Celato es un salesiano de la “guardia vieja”. Chofer confiable y discreto de cuatro Rectores Mayores. Una larga vida de servicio heroicamente atento y puntual. Con un "misterioso" encuentro.

Por P. Bruno Ferrero, SDB

Nací hace 93 años. Éramos once hermanos. Sólo uno de mis hermanos vive todavía. Uno de mis hermanos murió durante la guerra en un pozo, muerto por los guerrilleros comunistas.

¿Cómo conoció a los Salesianos?

Ha sido una cosa muy especial. Se difundía en nuestro país, en el año de la Canonización de Don Bosco en 1934, mucho material propagandístico salesiano. Era algo particular una tarjeta con la figura en blanco y negro de Don Bosco. Había la necesidad de fijar la atención en un punto fijo por unos cuanto segundos, después se cerraba los ojos, y se podía ver a Don Bosco sonriente.

Eso fue lo que me intrigó y me atrajo. Ver a Don Bosco sonriente, eso es lo que me ha fascina. Luego de ello hablé con el Vice Párroco y él organizó mi entrada con los salesianos. Luego, por la intervención de un salesiano que conocía, porque en mi país había otros tres salesianos que conocía, fui a Colle Don Bosco, que entonces se llamaba la Casa Paterna, en 1935, y me quedé para hacer el aspirantado.

En 1940, durante la guerra, fui al noviciado. Después de la primera profesión he sido enviado por un año a la Crocetta para ayudar a las hermanas salesianas, luego regresé al Colle y allí permanecí hasta 1958. Yo estaba a cargo de los árboles frutales. Hemos tenido más de un millar para cultivar. También estuve al cuidado de las abejas: teníamos sesenta colmenas.

En los últimos días de enero de 1958, el director me llamó: “te quieren los superiores en Turín, anda a ver y saber qué es lo que quieren”. Me presenté al Ecónomo General, P. Fedele Giraudi, que me dijo: “Hemos pensado que puedas hacer que de chofer del Rector Mayor, pero otros tres salesianos fueron los choferes del Rector Mayor, los tres han salido de Congregación. Piensa y dame una respuesta”.  Yo consulté al director del Colle y él me dijo, no te preocupes, pero el 29 de enero tuvo que hacer las maletas e ir a Turín.

Yo era el más joven de Valdocco. Cuando me vio el Rector Mayor, Don Ziggiotti, me dijo: "¡Pobre hijito, has terminado en el foso de los leones! Pero no tengas miedo. Para cualquier dificultad que tengas, vienes a mí y lo resolvemos todo”.

Me quedé hasta el 26 de mayo de 1971, cuando vine aquí a Roma, la Pisana. Siempre con el mismo encargo: conductor del Rector Mayor y luego encargado de la oficina de correos. Y todavía estoy aquí.

Entre los muchos salesianos que conociste, ¿Quién te ha impresionado?

Ciertamente, el Sr. Luigi Fortini, murió en Valdocco hace unos años, a los 99 años. Cuando llegué en el colegio vi a un hombre con el rosario en la mano. Me causó una gran una impresión, porque yo no estaba acostumbrado ver a un hombre con el rosario en la mano. Era él. Era un salesiano coadjutor ejemplar.

¿Cuántos Rectores Mayores conoció de cerca?

Don Ricaldone iba todas las semanas al Colle. Seguía muy de cerca el inicio de la Escuela gráfico y del lugar donde debía estar el templo a Don Bosco. Allí, en ese momento, había una colina y sobre la colina la casa en la que nació Don Bosco. He dormido durante muchos años en las habitaciones donde Don Bosco nació antes de que la casa fuese demolida. Luego, he sido el chofer de don Ziggiotti durante todo el tiempo de su misión como Rector Mayor, luego de Don Ricceri, de Don Viganó y de don Vecchi. Don Chávez tenía como conductor su secretario. Luego de ello comencé a trabajar como encargado del Correo, con el difunto Sr. Egidio Brojanigo, que murió hace dos años a 102 años. La fatiga más grande son los envíos, son una gran fatiga.

Como conductor de los Rectores Mayores he viajado mucho, por toda Italia y por toda Europa. Y siempre con la mayor discreción. Cuando empecé en Turín, me dijeron: "Usted es ciego, sordo y mudo".

Pero, ¿ha escuchado muchas cosas?

He escucha muchas cosas. En los viajes largos en auto, por supuesto, se viajaba y había tiempo para charlar. Se hablaba de proyectos y se resolvían los problemas. Escuchaba todo, pero nunca he dejado de observar el secreto profesional.

¿Qué le recuerda del misterioso perro que vio al lado de la urna de Don Bosco?

He dicho muchas veces que pude ver, tocar, acariciar ese misterioso perro. Era el 5 o 6 de mayo de 1959, después de la inauguración del gran templo de Cinecittà. Estábamos regresando de Roma con la urna de Don Bosco. La urna había estado en Roma durante varios días. Había ido a honrarlo incluso el Papa Juan XXIII.

Al mismo tiempo, en Roma también estaba la urna con los restos de San Pío X. La urna de Don Bosco permaneció dos días en San Pedro, mientras que estaba haciendo los trámites para el viaje de regreso a Turín. Dejamos Roma en la tarde. Estaba oscureciendo. Hemos tenido que llegar a La Spezia a las cuatro de la mañana, excepto que estábamos cansados ​​y don Giraudi nos aconsejó de parar por un par de horas en Livorno con los salesianos. Llegamos en La Spezia en alrededor de las siete. El sacristán el hermano, el Sr. Bodrato, había abierto las puertas de la iglesia a las cuatro y media y vio a un perro que se agachaba y estaba en la puerta y le dio una patada para tirarlo fuera. Sin reaccionar, el perro se había retirado a un lado y esperó la llegada de la urna.

Cuando llegamos, llevamos la urna a la iglesia y lo apoyamos sobre unos bancos de madera, el perro nos siguió y se ha acomodado debajo de la urna. Allí nadie lo tocó. Luego, cuando comenzó a llegar la gente se inició la Santa Misa, el director estaba preocupado y le dijo a la policía: “Saquen a esta bestia que se encuentra debajo de la urna”. Pero no pudieron. El perro rechinando los dientes que parecía enojado, permaneció allí hasta el mediodía. En ese momento se cerró la iglesia. El perro salió y comenzó a vagar entre los chicos en el patio. Los chicos eran naturalmente felices de tenerlo en medio de ellos: ellos lo acariciaban, le jalaban de la cola. Me uní junto a los chicos cerca al perro.

InfoANS

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