¿Cuál es la tarea del Consejero para la Formación?
Entiendo acompañar al Rector Mayor en su tarea de promover “la constante fidelidad de los hermanos al carisma salesiano" (C126). Las Constituciones hablan de “promover la formación integral y permanente de los hermanos”, con especial atención la formación inicial. Es interesante que las Constituciones cuando hablan de “formación”, entiende la formación integral, que sólo termina con la muerte y que cubre la formación inicial como uno de los momentos de camino. Es un verdadero desafío: llevar a todos los hermanos a entender, a aceptar y a vivir todo esto, prestando especial atención a la formación inicial.
En su opinión, ¿cuál es el nivel de formación de la Congregación Salesiana?
Tenemos documentos importantes, muy admirados y apreciados por muchas otras congregaciones religiosas. Nuestro desafío es conocerlos, asimilarlos y, sobre todo, ponerlos en práctica. Es interesante observar que tenemos una perspectiva radicalmente nueva sobre el formación permanente desde 1984. En las Constituciones promulgadas en 1984, la palabra "formación" se refiere a la formación permanente, en la que la formación inicial es sólo uno de los momentos, aunque es esencial. El llamado de Dios es permanente y continuo y, la formación que es nuestra respuesta a esta llamada es permanente y continua (véase C96). Se podría decir que la formación permanente es una actitud permanente de discernimiento, es “hacer experiencia de los valores de la vocación salesiana” (C98) la capacidad de discernir la voz del Espíritu en los acontecimientos cotidianos (C119), y la capacidad de ver a Dios en las personas a la que somos enviados (C95).
¿Cómo podría ser una formación espiritual para la Familia Salesiana?
Don Bosco nos ha enseñado que la educación es cuestión del corazón, creo que este es el otro gran desafío: garantizar que la formación inicial, en particular, sea una cuestión del corazón. Si el corazón no viene tocado, no hay formación. Por lo tanto, sentimos la necesidad de una preparación sistemática de los formadores y de los directores, recorriendo a la ayuda de las ciencias humanas y basándose en la tradición simple, pero extraordinaria de Don Bosco.
Actualmente ¿Cuántos son los noviciados y estudiantes en el mundo?
Actualmente el mundo salesiano cuenta con alrededor de 40 noviciados, con un promedio de 450 novicios al año. Acabamos de terminar un curso de Maestros de Novicios en lengua italiana, español y portugués, a la que asistieron cerca de 20 Maestros. En noviembre de 2016 se tendrá otro curso con 20 Maestros de Novicios del idioma Inglés. Tenemos los Post-Noviciados de diversos tipos y luego, se tiene la formación específica. Tenemos centros de formación para los Salesianos Coadjutores, entre ellos “CRESCO” en la ciudad de Guatemala, “Sandor Casa” en Paranaque, Filipinas; y otros para los candidatos al sacerdocio. Virtualmente cada Inspectoría tiene un pre-noviciado, que debe ser considerado con la misma seriedad dada al noviciado.
¿Cuáles son los motivos de mayor satisfacción?
Mi mayor alegría ha sido la oportunidad de visitar las comunidades de formación en diferentes partes del mundo y descubrir jóvenes Salesianos y candidatos a la vida religiosa simplemente maravillosos. Dios sigue enviando a los jóvenes extraordinarios. Y creo que con este regalo nos invitan a estar preparados para recibirlos y acompañarlos.
La Familia Salesiana es un tesoro también por descubrir en muchas partes del mundo. Recuerdo la invitación del P. Pascual Chávez: cambiar de mentalidad típica de una asociación a aquella peculiar de un movimiento. Los últimos documentos de la familia de hecho, han ampliado en gran medida el alcance de la familia en sí, por lo que cubre a todos los amigos y admiradores de Don Bosco, es decir, los numerosos laicos que comparten su misión. Recuerdo la experiencia de hace unos años en Valdocco, cuando el P. Ángel, recién elegido Rector Mayor, se encontró con los participantes al Programa de formación de Quito: era extraordinario ver a tantos laicos levantarse para hablar con sencillez y orgullo de su “vocación salesiana”. Quito es una de las etapas fundamentales de la formación de los salesianos y laicos juntos, pero también hay otras experiencias maravillosas de las que podemos aprender, tales como los de Bélgica y de España.
