Brasil – Cómo “pescaba” Don Bosco a los jóvenes
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19 Marzo 2020

(ANS – San Paolo) – En el camino vocacional de Don Bosco, como en otros caminos, no será todo flores. Las dudas y las dificultades estarán presentes en su proceso de maduración y decisión. Tiene dudas. Sueña con ser franciscano. Se pregunta una y otra vez cuál será su misión, en dónde llevar a cabo su tarea pastoral. Su vida ha estado marcada por la indecisión y por la incertidumbre, pero en medio de su vida sabe que existe una “medicación” de Dios: Don Caffaso, su director Espiritual.

Para Don Bosco el consejo del Don José Cafasso, de dedicarse a los niños y a los jóvenes pobres de Turín es la respuesta de Dios y a partir de ello se puso a buscar a sus “queridos jóvenes”. Sabemos que los buscaba en plazas, calles, talleres, prados, tabernas, posadas, bares, barberías. Los buscaba donde ellos estaban, vivía, trabajaban y sobrevivían.

Don Bosco, sabía “pescar” con gran amabilidad, les preguntaba sobre su familia, su trabajo, su parroquia, su vida sacramental. Los entretenía con historias y chistes, les daba un pequeño regalo y los invitaba al oratorio dominical. Don Bosco “pescaba” a sus jóvenes con su cercanía, con su compañía, y sobre todo con su presencia en los momentos importantes de la vida de los jóvenes de aquel tiempo.

En los capítulos 4 y 5 del volumen III de las Memorias Biográficas encontramos muchos hechos de cómo “pescaba” a los muchachos para que participen en su oratorio. El Padre Garigliano, su amigo del seminario nos cuenta uno de ellos.

“Un día acompañó a D. Bosco por las calles de Turín, cuando frente a la Iglesia de la Trinidad nos encontramos con un joven de aspecto perverso y arrogante. Y Don Bosco, amablemente: - ¿Quién eres?, yo soy un padre que ama a los jóvenes y los domingos los reúno en un hermoso lugar – el joven respondió – Soy un pobre joven desempleado, sin padre y sin madre, y busco trabajo. Y la propuesta final de Don Bosco: El domingo te espero en el oratorio, ven, te divertirás, y luego buscaré un trabajo”. Don Bosco sacó de su bolsillo una moneda la puso en las manos del joven. El joven, conmovido, miró la moneda y respondió: - “¡Don Bosco! iré al oratorio”. En efecto, el joven llegó al oratorio y se quedó con Don Bosco.

La Familia Salesiana continúa hoy la obra iniciada por Don Bosco. El mundo ha cambiado, pero los jóvenes pobres continúan en las plazas, en los bares, en las calles, en los nuevos areópagos, en los patios virtuales.

La familia salesiana se debe preguntar: ¿El “corazón oratorio” aún late en nosotros y en nuestras obras? ¿Cómo nos acercamos a los jóvenes de hoy?

InfoANS

ANS - “Agencia iNfo Salesiana” - es un periódico plurisemanal telemático, órgano de comunicación de la Congregación Salesiana, inscrito en el Registro de la Prensa del Tribunal de Roma, Nº. 153/2007.

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