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México – Ni siquiera la pandemia pudo detener el Desayunador Salesiano “Padre Chava”
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16 Abril 2021

(ANS – Tijuana) – El “Proyecto Salesiano Tijuana” A.C. (PST) tiene treinta cuatro años de vida en dicha ciudad, situada en Baja California Norte, y cuenta con 8 proyectos (5 oratorios, 1 desayunador y 2 instituciones educativas), en las zonas más vulnerables y conflictivas de Tijuana. Cada mes atiende aproximadamente a 30,000 personas brindando alimentos, despensas, servicios médico y psicológico, asesoría legal, actividades deportivas, culturales y educación básica. Durante la pandemia algunas de sus actividades han sido suspendidas, la parte educativa fue adaptada a los protocolos sugeridos por la gobernación, en las misa se respetaron las órdenes de la arquidiócesis de Tijuana… Entretanto el único lugar que nunca ha cerrado sus puertas, si bien siempre en cumplimiento de los estándares de bioseguridad, fue el Desayunador Salesiano “Padre Chava”.

El Desayunador Salesiano es una de las obras más jóvenes del PST, pero es la más conocida.

“Nos caracterizamos por el servicio que ofrecemos a la comunidad, brindamos comida, despensas, servicio médico y psicológico, asesoría legal, también tenemos un albergue para hombres. Atendemos a migrantes, deportados, gente en situación de calle, familias completas y personas de la tercera edad. Durante años hemos visto a mucha gente sufrir por la falta de oportunidades y en la pandemia de coronavirus aumentó la población necesitada”, afirman los responsables del PST.

Al inicio de la contingencia los servicios fueron reducidos quedando solamente la entrega de alimentos y el servicio médico; Claudia Portela coordinadora del Desayunador, recuerda que una mañana salió y avisó a los usuarios que la modalidad de atención iba a ser diferente, que tenían que seguir algunas reglas: formarse como lo hacen todas las mañanas pero antes de entrar tenían que lavarse las manos (adaptaron unas cubetas como si fueran lavabos), ponerse gel antibacterial y después pasar a recoger la comida en diferentes lugares: en el primero se entregan las cajitas desechables, luego una bolsa con pan, cubiertos y servilletas y al final la bebida.

Sin olvidar que la pandemia afectó el PST también como asociación civil: las donaciones bajaron, los voluntarios empezaron a irse por temor al contagio, no se daba abasto y cada día en cambio de 800 usuarios se pasó a atender a unas 2.000 personas.

Frente a la situación, el PST  señala que se acercó a las instituciones gubernamentales y no gubernamentales: “Por ejemplo a nivel municipal la 'Atención al Migrante', que en ese momento tenía como Directora a Melba, pidió a muchos albergues que apoyaran con una cuota mensual para comprar productos en supermercado El Florido.

En cambio a nivel estatal, la Secretaría de Desarrollo nos entregó despensas; la esposa del alcaide mandaba burritos; y organizaciones como ACNUR, OIM y Amnistía Internacional, en general, nos apoyaron muchísimo brindando información sobre la pandemia y donaron cabinas para aislar a las personas que padecieran síntomas de coronavirus. También debemos destacar el apoyo de muchos bienhechores y de la sociedad en general, ya que muchos se acercaron, preguntaron por nuestras necesidades, nos donaron termómetros, mascarillas y sanificaron el desayunador”.

A un año de la pandemia se puede decir que el PST vive al día. “Nos preocupan nuestros colegios, nuestros niños, niñas y jóvenes, porque muchos de ellos han dejado de estudiar por falta de recursos, entretanto en el desayunador seguimos atendiendo y poco a poco vamos incorporando otros servicios como el corte de cabello”, concluyen los responsables del Proyecto.

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