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Francia – Educar a los jóvenes al “espíritu crítico” una tarea pendiente y urgente
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22 Marzo 2018

(ANS - Paris) - ¿Cómo educar a los jóvenes hoy? ¿Cómo educar a los jóvenes sobre la libertad interior, para que posean una crítica constructiva y no se dejen llevar por sus emociones? ¿Cómo podemos ayudarlos a distanciarse de las noticias falsas que circulan por todas partes y confunden la verdad con la falsedad? Y ¿qué es el espíritu crítico?

Durante la formación, los profesores aprenden que el espíritu crítico es al mismo tiempo un estado mental (escucha, curiosidad, autonomía de pensamiento, lucidez, modestia) y un conjunto de actividades (información, evaluación de información, diferenciación de hechos e interpretaciones, comparación y evaluación). El pensamiento crítico nunca se da por sentado. Siempre es un requisito para estar actualizado.

Algunos jóvenes parecen tener un fuerte espíritu crítico cuando se niegan a estudiar este o aquel tema porque, según ellos, "es inútil". En realidad, debajo de aquel pensamiento se encuentra un bloque, un "obstáculo para el pensamiento". Esto es lo que manifiesta el profesor Serge Boismare: “Cuanto más conozco este trabajo, estoy más convencido de que los estudiantes quieren saber, están dispuestos a hacer todo lo posible para llegar al último conocimiento. Lo que no admiten es, ante todo, la fluctuación en las dudas, la suspensión del juicio que necesariamente acompaña a toda la investigación. Algunas personas piensan: 'Critiquen todo', pero en realidad simplemente están dejando de pensar. Es lo opuesto al pensamiento crítico "saludable", que obliga al pensamiento a superarse a sí mismo”.

La educación al espíritu crítica no es un campo particular de conocimiento, sino que es la actividad que atraviesa todas las disciplinas. Y particularmente se coloca en dos temas: Educación para Medios y la Información y la Educación Moral y Cívica (EMC). Esta educación es esencial, especialmente frente a las teorías de la conspiración y, aún más, debido a los peligros del "reclutamiento de conciencias".

Las teorías de la conspiración han producido un nuevo fenómeno en las aulas: no es raro ahora que durante una lección un alumno levante la mano y diga: "¡No, profesor, no es así, lo leí ayer en Internet!”. Hay quienes niegan o tienen explicaciones 'extrañas' sobre los ataques del 13 de noviembre en París... Los maestros tienen que lidiar con discursos similares, donde un cierto grupo de individuos (Templarios, judíos, iluminados, etc...) se asocian a un proyecto de dominio y se revierte la carga de la prueba: se le pide al profesor que pruebe que lo que dice el alumno es incorrecto.

Se necesitan enfoques innovadores para enfrentar estos nuevos desafíos. Un maestro de historia primero intentó un “acercamiento frontal”, pero se dio cuenta de que era muy difícil “combatir un tema tras otro tema”. Así que desarrolló una trama de una teoría de conspiración artificial y puso a sus estudiantes en la condición de periodistas, llamados a producir servicios sobre el tema. En cambio, otro profesor trabajó con sus alumnos para identificar los ingredientes de estas teorías: la denuncia de un grupo social, las pistas convertidas en pruebas, los sucesos posteriores fueron presentados como inevitablemente conectados... Y sus alumnos produjeron un video que ilustró los códigos de la conspiración.

La necesidad de educar al espíritu crítico hoy a menudo comienza con tomar conciencia. Para un profesor de inglés, el detonante provino de la observación de que sus alumnos no podían reconocer la diferencia entre artículos reales y artículos satíricos, sobre figuras políticas importantes. Hoy ese profesor organiza cursos opcionales de "autodefensa intelectual".

Fuente: Don Bosco aujourd'hui

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