"Cuando era un maestro de novicios - escribe Mons. Pánfilo: escribí un artículo titulado ‘El patio para los salesianos’ y me pregunté: ¿podemos hablar de la espiritualidad del patio? Estaba convencido entonces, y sigo convencido hoy de que sí, podemos hablar de una “Espiritualidad” del patio. El patio de Don Bosco era tan importante como la iglesia. Para él, era el lugar de contacto personal, donde un muchacho podía darse cuenta de que había un interés real por la persona, donde se manifestaba el espíritu de familia, era el lugar donde se podía ayudar a los muchachos problemáticos (El ejemplo claro es el de Miguel Magone, donde se convirtió en el patio), es el lugar donde se observa a los muchachos en su contexto natural”.
El obispo Pánfilo describe cuatro escenas relacionadas con el patio.
La primera escena: el antiguo Oratorio y el momento de recreación.
“Fue una escena llena de vida, diversión. Se veía que reinaba cordialidad y confianza entre los jóvenes y los superiores”. El resultado es que esta familiaridad conduce al afecto y a la confianza. Esto lleva a los jóvenes a abrir sus corazones y a confiar todo y sin temor a sus maestros, a los asistentes y sus Superiores.
Segunda escena: el Oratorio en el presente.
Don Bosco escribe: “Ya no escuchaba gritos ni canciones alegres, ya no existía la actividad animada como en la escena anterior. Ahí había aburrimiento, frialdad, desconfianza que me dolía. ¿Qué recreación más apática?”.
Tercera escena: "¿Qué podemos hacer?"
Don Bosco se pregunta cómo devolver a los jóvenes la felicidad y el calor de los últimos días. José Buzzetti responde: “Con la caridad”. De hecho, los jóvenes “no solo deben ser amados, sino que deben saber que son amados”.
Cuarta escena: ¿dónde están nuestros salesianos?
Don Bosco señala que hay pocos sacerdotes en medio de los muchachos y menos son los que participan en sus juegos. Buzzetti entonces lo alienta: “Y el alumno me dijo: – ¿Ve este recreo? ¡Qué diferencia con aquellos que teníamos nosotros! – Oh sí que lo veo – respondí suspirando con tristeza – ¡Qué desgana en este recreo!”
Es decir, descuidando este elemento fundamental de estar con los muchachos en el patio, se malgasta todo el trabajo realizado y los jóvenes terminan perdiendo confianza en sus superiores.
Se podría decir que hoy, los tiempos son diferentes, pero no es así. El Sistema Educativo de Don Bosco, basado en el amor, es quizás más aplicable a la juventud de hoy que a la del pasado.
Fuente: AustraLasia
