MENSAJE DEL RECTOR MAYOR
La 147° Expedición Misionera proclama que el Señor continúa amando a la Humanidad que ha creado y querido y que nosotros, la Familia Salesiana, nos sintamos llenos, cargados de la Ternura de Dios en un modo especial. Precisamente esta carga de amor requiere “volcarse” alrededor nuestro y requiere de una respuesta de exigente fidelidad.
Siento aún el corazón lleno de gozo por la simpatía de los jóvenes, por su alegría genuina y su extraordinaria capacidad para adaptarse a cualquier situación, agradable o desagradable, con la sonrisa en los labios.
En la proclamación de este Jubileo el Papa ha dado como motivación que siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia, porque es fuente de alegría, de serenidad y de paz y ha manifestado lo que lleva muy en el corazón: “¡Cómo deseo que los años por venir estén impregnados de misericordia para poder ir al encuentro de cada persona llevando la bondad y la ternura de Dios! A todos, creyentes y lejanos, pueda llegar el bálsamo de la misericordia como signo del Reino de Dios que está ya presente en medio de nosotros”.
Lo vengo diciendo en muchos lugares y ocasiones, querida Familia Salesiana, amigos y amigas de la Obra de Don Bosco, o sencillamente lectores que hoy encuentran esta revista. Vengo diciendo que cada día se producen “milagros educativos” que cambian para siempre la vida de algún muchacho o muchacha. Y lo digo porque yo mismo los he visto y el corazón se me llena de alegría y esperanza.