Covid-19 ha llegado a todas las latitudes y los misioneros de todo el mundo informan sobre lo devastadora que es la propagación del virus y las restricciones impuestas, especialmente en las zonas más pobres y abandonadas.
El P. Michał Wziętek, SDB, trabaja en Makululu, Zambia y nos señala. “Cada vez hay más niños de la calle, la gente está perdiendo sus trabajos, no tienen dinero y por lo tanto no van de compras como antes. Nos preguntamos, ¿cuál es la salida? Como los niños no van a la escuela, sus padres los envían a las calles a mendigar o a hacer pequeñas ventas, con la esperanza de que su visión despierte la compasión de los transeúntes. Si un niño no trae nada a casa, no habrá cena, y todos se irán a la cama con hambre”.
La ayuda de benefactores polacos ha llegado a la India, Bangladesh, Zambia, Madagascar, Camerún, Argentina, Liberia, México...
El P. Paweł Kociołek trabaja en Bangladesh. Hasta la fecha, en Joypurhat, ha distribuido 320 kilos de arroz, 160 kilos de dal y 80 litros de aceite a 80 familias que viven en los barrios bajos. Además, ha proporcionado leche a los niños y ha ayudado a la gente de los pueblos.
En Liberia, se distribuyeron alimentos a la población del barrio marginal de Matami. El P. Krzysztof Niżniak expresa: “Tres Salesianos trabajan y distribuyen alimentos a los más pobres. La situación en Liberia es difícil. Han introducido un estricto bloqueo, desde las 3 p.m. no hay ningún lugar a donde ir. Incluso los Salesianos deben tener cuidado. Los precios suben constantemente”.
La ayuda salesiana también ha llegado a México, donde trabaja el Salesiano Coadjutor Sebastián Marcisz: “Compramos principalmente arroz, frijoles y maíz, para ser entregados a los que más lo necesitan. La situación es muy difícil, especialmente en el Estado de Oaxaca. La población local, los pueblos indígenas que viven en las altas montañas deben enfrentarse al problema de la falta absoluta de alimentos. La ayuda que podemos ofrecer a estas personas, gracias a ustedes es grandiosa para ellos”.
La hermana Teresa, que trabaja en Sudán, dio algunas noticias sobre el empeoramiento de la situación en Jartum y en los campos de refugiados. “El gran problema es el pan y en muchos casos está muy caro. Las condiciones en los campamentos son catastróficas en todos los aspectos, la gente se muere de hambre”.
La lucha contra el virus y las consecuencias de las restricciones continúa. Para más información visite: https://misjesalezjanie.pl