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Lituania – “Don Bosko Vasara 2020”: un fuego encendido en el corazón de los niños y de los animadores lituanos

16 Septiembre 2020

(ANS – Telsiai) – “La misión como primera cosa te enseña algo y Lituania nos ha enseñado el valor de la misericordia”. Así lo explicaron los jóvenes que durante este verano lograron vivir tres semanas de experiencia de voluntariado misionero en Lituania, en Telsiai.

Tras los primeros dos días pasados en la capital (Vilnius) para conocer la historia del pueblo lituano, el grupo viajó a la destinación final, Telsiai, una ciudad a la orilla del lago Mastis, en la región de Samogizia, donde se encuentra una comunidad salesiana: es allí que se realizó la experiencia de Verano Jóvenes con el nombre “Don Bosko Vasara 2020” (Don Bosco Verano 2020).

En la primera semana de permanencia, por la mañana los voluntarios italianos conversaban con los jóvenes animadores locales, profundizando juntos las enseñanzas fundamentales de la animación salesiana, a partir de las etapas y de los encuentros centrados en la vida de Don Bosco. En cambio por la tarde se realizaba el “Don Bosko Vasara 2020”, en la escuela “Vincento Borisevicius”. Al inicio de la semana, los niños y jóvenes que se inscribieron fueron 45 y el número se duplicó hacia el final de la experiencia. “Un número bueno si pensamos que es la primera experiencia... en tiempo de covid-19”, comentó uno de los voluntarios.

El programa de las actividades preveía: recepción, juegos, oración y baile con el himno de Verano Jóvenes, talleres por edades, merienda y grandes juegos divididos en equipos, y al concluir la jornada los cantos y oraciones. Los animadores teníanun pequeño suplemento de actividad, para compartir opiniones rápidas sobre la jornada.

Desde la segunda semana, en cambio, la recepción de los jóvenes se realizó desde la mañana. La fórmula de la jornada fue siempre la misma, pero con más tiempo para los juegos y para realizar con breves representaciones y actividades una “píldora formativa” sobre Don Bosco.

Al concluir la experiencia se pudo observar que los animadores se habían puesto inmediatamente en juego, iniciando un hermoso camino de crecimiento con Don Bosco; y que los niños, después de los primeros días, abrieron sus sonrisas, risas, bromas, ganas de jugar, de estar juntos y divertirse.

Al concluir los voluntarios italianos dieron su testimonio. “Al final de la tercera semana pudimos realmente decir que habíamos centrado el objetivo propuesto a los jóvenes: ‘Para nosotros la santidad consiste en estar muy alegres’. Así hemos regresado a Italia con una convicción particular: el lenguaje de Don Bosco es universal, es suficiente un juego, una sonrisa, una pequeña atención para hablar el mismo idioma, el idioma del corazón y en seguida sentirse en casa. En estos días un fuego ha sido encendido en el corazón de los niños y animadores; ahora se trata de cuidar y alimentar este fuego y estos corazones”.

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