En su homilía, el padre Roma, se ha inspirado en el pasaje del Evangelio, en el que Jesús habiendo entrado en la casa de Pedro, toma de la mano a su suegra enferma de fiebre y la levanta, devolviéndole la salud y la alegría de la vida. Partiendo desde allí, recordó el testimonio de Don Convertini que con su capacidad de encuentro con las personas, encontraba siempre las puertas abiertas, no solo en los hogares cristianos, sino también de hindúes y musulmanes. Por ello invitó a cuidar al prójimo para volverse constructores de paz en la concreción de la vida.
Fue muy vivo el momento de la animación que en la sucesión de las escenas vio la implicación de diversas realidades juveniles. La coreografía construyó un gran fragno (roble) símbolo de la vida de Don Convertini quien, con raíces sólidas, ramas frondosas y flores de bondad, fue capaz de producir frutos de paz y amor.
Las novedades destacadas fueron: la interpretación del himno “Un rayo de sol” dedicado al venerable Convertini, musicalizado por el maestro Donato Semeraro y con un texto de Sor Melisa; la presentación de la viñeta "Pon amor", obra del caricaturista Mario Lisi, quien trazó la aventura del misionero salesiano, el último de los últimos que dedicó su vida a los pobres, con espíritu ecuménico y de fraternidad universal.
Se trata de una iniciativa dirigida sobre todo a los niños y jóvenes, de manera que coloreando la vida de Don Convertini, puedan aprender a pintar la suya con los colores del amor, para afrontar el futuro con todos los riesgos y retos que la vida conlleva, pero también con el potencial y las oportunidades que ofrece. Y no faltaron coreografías, carteles de premios, pancartas, dibujos con mensajes de paz y solidaridad.
En un mensaje grabado en video, el padre Pierluigi Cameroni, Postulador General de las Causas de los Santos de la Familia Salesiana, señaló al padre Convertini como un testigo de esperanza en tiempos y momentos difíciles.
Recordó la pérdida de sus padres cuando todavía era un niño, la vida en los campos, la dramática experiencia de la guerra con el encarcelamiento y la leucemia que lo golpeó, el cansancio en sus estudios, las pruebas de la vida misionera, las diversas enfermedades ... Concluyó señalando que Don Convertini nunca se rindió a la desconfianza ni a la resignación, pero movido por la esperanza, que nacía de su fe fuerte y de entregarse a María Inmaculada Auxiliadora, supo hacer florecer su vida poniendo amor y dando amor.
