La propuesta del festival fue hacerlo de forma híbrida, debido a las dificultades de la distancia geográfica de la Región Norte y a las medidas de protección contra el contagio de Covid-19. Por lo tanto, sólo se llegó a la conclusión con la presencia de los participantes reunidos en el auditorio del "Colégio Dom Bosco" en Manaus.

El Festival Salesiano de Música Cristiana tuvo como objetivo proporcionar a los talentos ocultos del público juvenil cristiano, el estímulo para acciones encaminadas a la puesta en valor y difusión de la música en todas las perspectivas cristianas. Con esta fiesta, por tanto, se intentó dar un espacio de unidad a los diversos jóvenes de las distintas confesiones cristianas presentes en Brasil, así como fomentar el respeto por las diferencias, el conocimiento y aprecio por las denominaciones diversas a la propia.

La idea de dar una connotación ecuménica a la fiesta, por otro lado, surgió directamente de las reflexiones de la Campaña de Fraternidad promovida para este año por la Conferencia Episcopal Brasileña, que tiene como tema: "Fraternidad y diálogo: Compromiso de amor" y con el lema: "Cristo es nuestra paz, él hizo de los dos un solo pueblo" (Efesios 2,14). A partir de ahí, los equipos de pastoral juvenil de las dos Inspectorías interesadas concibieron un evento que contempló esta dimensión ecuménica y supo involucrar adecuadamente a los jóvenes.

Este Festival de Música Cristiana Salesiana también se inspiró en otros festivales similares realizados en Brasil y en el norte del país, como: "La Voz Brasil", el "Festival de Estudiantes de primer año" del Servicio Social de Comercio en el Estado de Amazonas (SESC -AM), el “Festival de Música na Casa Mamãe Margarida” (FMA) y otros.

El evento se desarrolló a través de etapas de preselección y eliminatorias: en práctica, después de la inscripción, los jóvenes competidores pasaron por una selección técnica. Posteriormente, los 30 mejores candidatos fueron seleccionados para participar en cinco rondas eliminatorias. En la final solo quedaron seis jóvenes, que compitieron por el 1º, 2º y 3º lugar, con un premio de 1.000, 500 y 300 reales respectivamente.

En la prestigiosa final participaron los jóvenes: Geovanna Palhares y Laio Matheus, de Porto Velho; Vanderson Pessoa, de Castanhal; y Deysiane Marialva, Ítalo Maia y Victor Garça, de Manaus. Este último fue el ganador final, gracias a su intensa interpretación de la canción "Minha essência" (Mi esencia) del cantante católico Thiago Brado.

A través de este festival, las Inspectorías misioneras lograron ofrecer a los jóvenes cristianos una propuesta divertida, artística y de profundización religiosa, durante la cuarentena causada por el Covid-19, superando así los distanciamientos geográficos y sociales. 

• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
• Title Title
•  

Tweet