El grupo, formado por el padre Lupifieri y los laicos João Paulo Stabile, Patricia Cornet y su hija Alice Cornet Neves, llegó a Nova Xavantina el 13 de diciembre. En su equipaje trajeron materiales recogidos por los feligreses de Bilac: ropa, zapatos, mantas, comida e incluso juguetes para los niños. Todo el material se distribuyó a los habitantes de los pueblos Teihidzatsé, Nuovo Teihidzatsé, Couto Magalhães, Santa Rosa, Três Marias, Santa Maria, Deus é Amor, Santa Rita, Santa Clara y Lima Verde. En estas comunidades los voluntarios pudieron seguir las realidades y desafíos vividos por los pueblos indígenas, como la falta de agua.
En el pueblo de Três Marias, el padre Lupifieri fue invitado a tener un momento de oración a pedido de la comunidad y realizó una bendición sobre las tumbas del cementerio local. La actividad misionera del sacerdote y de los voluntarios de Bilac duró una semana y fue inolvidable para todos. “Con el corazón abierto, pude tener una experiencia muy rica de la cultura de ellos, de sus costumbres y su forma de vida. Con la mentalidad moderna de hoy, es fácil llenarse la mente con juicios y prejuicios. Sólo viviendo juntos percibimos un estilo de vida sostenible que ha mantenido a estas personas durante siglos”, dijo João Paulo.
Los siete días pasados entre los Xavante de la reserva Parabubure también fueron memorables para Patricia y su hija Alice. “Recibir una cálida bienvenida y convivir con familias que a pesar de las dificultades expresan tanta alegría, genuinamente manifestada a través de las sonrisas de los niños, fue una experiencia mágica y rica. Sin embargo, enfrentar la realidad de vulnerabilidad y amenazas a la conservación de su tierra y cultura nos ha traído tristeza e indignación”, dijeron los voluntarios.
La comunidad salesiana de Nova Xavantina recibió con gran alegría a los voluntarios de Bilac. La parroquia de la Inmaculada Concepción se ha convertido en un socio fiel de los misioneros salesianos en el apoyo a los pueblos indígenas. Según el diácono José Alves, fue una semana muy productiva y bendecida con la convivencia, el compartir y el encuentro. “Estamos muy agradecidos por el trabajo que hace la parroquia de la Inmaculada Concepción como parroquia hermana de aquella de San Domingo Savio. Es un ejemplo de donación, compromiso y testimonio a favor de quienes más lo necesitan. Demuestra que la parroquia está en consonancia con lo que la Iglesia nos pide, a través de los Evangelios, especialmente en el capítulo veinticinco de San Mateo, en el que Jesús se presenta como necesitado de comida, agua, vestido, cuidados, visitas y cercanía", recordó el misionero Salesiano.