Los ponentes de la tarde del viernes 14 de enero supieron hacer con sencillez que se encontrara a este doctor de la Iglesia, generador de la experiencia de Don Bosco. El padre Michele Molinar presentó una “mesa redonda, a cuatro voces para observar una personalidad tan amplia desde diferentes puntos de vista”.
Vania de Luca, vaticanista de la televisión italiana RAI, enfrentó el primer paso, el de un santo elegido como patrón de los comunicadores. La creatividad que tuvo san Francisco de Sales “en un tiempo y un contexto hostiles, y ante los nuevos problemas que interpelaban a la Iglesia y al mundo” no produjo respuestas viejas, sino que “supo comunicar la fe a través de los nuevos medios de la época, para sanar las fracturas religiosas y políticas en una Europa en busca de la paz”.
Sor Maria Grazia Franceschini, de la Orden de la Visitación de Santa María, dio un paso más al referirse a la mirada que el obispo de Ginebra dirigió a los problemas de su diócesis, por tanto a los hermanos en la fe y en particular a los consagrados. “Las causas de la decadencia están en la pérdida de la vida común, de la que deriva entre otras cosas, la falta de separación del mundo, elemento fundamental de la opción religiosa”. Entretanto no servía intervenir con autoridad, sino más bien era necesario reavivar la amistad en los conventos.
El Padre Giuseppe Roggia subió otro escalón, examinando la modalidad de acción elegida por San Francisco de Sales: “Es necesario partir del realismo de la vida, no de teorías y presupuestos culturales. Es necesario reconocer que toda vida humana está hecha de muchos opuestos, pero también descubrir que hay un centro vital designado para poner orden, como un centro de gravedad de equilibrio interno. El punto magnético que produce la armonía entre la acción y la contemplación es un impulso de caridad”.
El padre Eunan McDonnell supo cerrar el círculo de reflexión mencionando la "afinidad espiritual entre Francisco de Sales y Don Bosco". Desde las intenciones del joven clérigo piamontés hasta la capacidad de atraer hacia sí a los jóvenes a través de la dulzura y la bondad en su acción sacerdotal, todo se basó en el modelo de caridad y afabilidad constituido por el maestro de amistad que fue el manso e irreductible Santo de Annecy. “Pero que sea claro: es el carisma salesiano que elige a Juan Bosco, más que este último al carisma”, precisó.
En el diálogo a distancia de tiempo, pero cercano en el Espíritu Santo, entre los dos campeones de la vida cristiana se insertaron los numerosos santos y beatos que los salesianos cuentan ya entre los hermanos, las hermanas y los laicos asociados a su servicio.
El padre Pier Luigi Cameroni, Postulador General para las Causas de los Santos de la Familia Salesiana, señaló los 53 casos actualmente en curso que comprenden a 173 candidatos a la canonización, junto con los aniversarios de este año: una galería de figuras que confirman la llamada universal a la santidad, cada una de ellas capaces de mostrar una pasión interior que les llevó a imitar a aquellos que han trazado un camino seguro hacia la vida eterna.
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