De hecho, el líquido que procede de la fermentación de residuos orgánicos, como cáscaras de frutas o trozos de verduras crudas, mezclado con melazas o azúcares de varios tipos, aporta muchos beneficios: tras un proceso de fermentación que dura unos 3 meses se convierte y se puede utilizar como limpiador doméstico natural, como tratamiento para diversas heridas, o mejor aún para mejorar la calidad del aire y del agua.

Por eso, desde hace dos años, la parroquia "San Juan Bosco" de Yakarta ha comenzado a poner en marcha una comunidad, la "Bosco Eco Enzima" (BEE), cuyos miembros son sacerdotes y feligreses, religiosos, amas de casa, estudiantes y algunos funcionarios gubernamentales, sean cristianos o no. El movimiento comunitario BEE es una forma de acción concreta para responder al llamado de conversión ecológica, especialmente en el cuidado de nuestra Casa Común.

Por lo tanto, los miembros de la comunidad BEE durante los últimos dos años han estado fermentando los desechos orgánicos de sus hogares. Como resultado, la comunidad entregó la Eco-enzima para purificar el agua y el aire en algunos lugares golpeados por desastres naturales, como la zona del terremoto de Samarinda (2021) y en la ciudad de Kudus, la zona negra del Covid-19. Además, realizaron varios seminarios web y conferencias durante los cuales compartieron información sobre la producción y los beneficios de Eco-enzima.

Todos, al hacer esto, independientemente de su etnia, religión o estatus, se han convertido en una bendición, no solo para el presente, sino también para las generaciones futuras. Sin mencionar las implicaciones comunitarias: "BEE" es hoy un medio para compartir los beneficios de la Eco-enzima, pero también un entorno donde católicos y no católicos pueden trabajar juntos y sentirse unidos en el cuidado de la Casa Común.

Para celebrar la fiesta de su patrón, la comunidad BEE ha decidido mejorar la calidad del agua de un lago de 11 hectáreas ubicado en la zona parroquial, vertiendo en él Eco-enzimas. Cada semana, la parroquia colabora con varias comunidades de Eco-enzima y el gobierno local, para verter 250 litros del producto.

“Este es definitivamente un gran proyecto y compromiso. Esperamos que volcando nuestro corazón y nuestro compromiso en este proyecto común, como manifestación concreta de conversión ecológica, esta acción traiga bendiciones a la Tierra y a nosotros, los seres humanos que la habitamos”, señala el padre André Delimarta, indonesio parte salesiana del proyecto. “Transformemos los desechos orgánicos en una bendición”, concluye el salesiano.

• Title Title
• Title Title
•  

Tweet