El presidente de "Missioni Don Bosco" se siente emocionado cada vez que encuentra a personas que huyen de Ucrania sin rumbo fijo, sin nada o llevando casi nada. Al mismo tiempo, debe permanecer concentrado para trabajar tanto en organizar la ayuda que se entrega a quienes se encuentran en Ucrania, pero también en la recepción directa de refugiados. Una pequeña parte de los desplazados está llegando a Italia y se vuelve cada vez más importante tomar medidas concretas para responder a la necesidad de dar hospitalidad. De ahí la propuesta de abrir las puertas de Valdocco, la Casa Madre Salesiana, para hospedar a madres con sus hijos, a algunas que están embarazadas, e incluso a algunos hombres que se marcharon del país porque no podían combatir.
“Missioni Don Bosco” recibió también del Rector Mayor, padre Ángel Fernández Artime, el encargo de animar en Italia a las organizaciones de solidaridad internacional promovidas por la Congregación Salesiana. "Después de los primeros auxilios espontáneos, es necesario garantizar la eficacia de la ayuda. El éxodo del país exige el máximo respeto a la dignidad y los derechos de todas las personas, empezando por los niños no acompañados y las mujeres solteras. La afluencia de mercancías no debe generar problemas de almacenamiento y distribución en el lugar”, advierte el padre Antúnez.
Los salesianos son hoy un interlocutor fiable para las autoridades locales y los refugiados. Por ello, nació un programa inmediato de intervenciones de acuerdo a lo que las comunidades solicitan. Por ejemplo, inmediatamente se compró una furgoneta que le sirve a los salesianos de Cracovia para llevar la ayuda a Ucrania y regresar trayendo a los refugiados que escapan del conflicto.
Además, las casas apoyadas por "Missioni Don Bosco" en varios lugares de Ucrania y en los países vecinos se han convertido en centros de ayuda, con la mirada puesta en el "después" cuando -se espera pronto- los ucranianos podrán regresar a vivir en sus ciudades y necesitarán de "normalidad".
Para la ONG salesiana esta gran obra no es un acontecimiento excepcional. “Tenemos un frente abierto con la situación en Siria o Tigray, donde hay guerras igualmente devastadoras que han creado muerte y destrucción, causando millones de refugiados”, señala el padre Antúnez. “Hoy los medios de comunicación no nos muestran todo esto. Trabajamos con los misioneros contra el hambre, la sed, la pérdida de hogares y del futuro, en muchos de los numerosos puntos críticos del mundo. Quisiéramos partir de la situación de Ucrania para volver a plantear lo que el Papa llama 'la inconsciencia de la guerra'. O sea cambiar las inversiones en armas para destinarlas a la lucha contra la pobreza de los pueblos. La conversión comienza por nosotros mismos, en el corazón de cada hombre. Todo egoísmo llevado al límite genera violencia, maldad, guerra”, concluye el presidente de Missioni Don Bosco.
Más información está disponible en: www.missionidonbosco.org
