“El camino de Santiago es una experiencia personal, porque cada uno sale con lo que es, lo que tiene, a recorrerlo; cada uno se pone en marcha con sus interrogantes y sus deseos, con sus energías y capacidades, con su fe y sus problemas y espera encontrar algo para su propia situación. En el camino se vive una experiencia que deja huella y que transforma desde dentro con los ojos, el oído y el corazón, para dejarse transformar por él” – con estas palabras nos introducen al camino desde el Equipo Pastoral de Salesianos Atocha.
“La realidad, la vida, las personas no son macizas, si no huecas – añaden –. Tienen su resonancia y su capacidad para ser habitadas, para que haya encuentros con nosotros mismos, con los demás y especialmente con Dios. Es más, esa presencia callada, velada pero constante de Dios nos pone en las condiciones más adecuadas para encontrarnos con nosotros mismos y con los demás. En el camino nos acercamos a los demás como compañeros y hermanos peregrinos, nos brota desde dentro el deseo de escucharles, servir, ayudar y colaborar… Ponerse en camino exige una actitud fundamental de fe, abandono y de confianza para dejarse guiar por el Espíritu”.
Y es que la Cuaresma es una oportunidad única para la preparación espiritual y la renovación del ser que traerá la Pascua, oportunidad que varias Casas salesianas aprovechan para lanzarse al camino. Confiados y en fraternidad, cientos de alumnos y educadores emprenden su marcha desde distintas partes del territorio.
Alrededor de 400 peregrinos se han encomendado a Dios en estas fechas desde las Presencias salesianas de Córdoba, Atocha, Ciudad Real y Guadalajara. Algunos ya completaron su andadura con éxito, como es el caso de Guadalajara, quienes tenían pendiente esta experiencia desde la llegada del Covid19, o Ciudad Real, que ayer mismo celebraba en sus instalaciones el acto de entrega de compostelanas, excusa perfecta para volver a reunirse y recordar los buenos momentos vividos. Córdoba se encuentra recorriendo su última etapa del camino, y Atocha se citó este miércoles para recibir la bendición y ofrecer a Dios los objetos que serán sus compañeros de viaje: botas, mochila, bastón, chubasquero, etc.
La mayoría de colegios han optado por el Camino Francés, comenzando en Sarria para llegar a Santiago en aproximadamente una semana, concelebrando allí la Misa del Peregrino, participando de las lecturas y otros momentos del rito. Las mañanas son dedicadas a caminar y las tardes al trabajo reflexivo en grupos de fe, a la celebración/oración y a los distintos momentos organizados para la convivencia. Durante el itinerario se pretende un especial cuidado del interior, programando grupos de fé y momentos de vela (muy característicos del carisma salesiano, en el que los jóvenes repasan por la noche en comunidad la trayectoria del día). Los participantes destacan el buen ambiente y convivencia mantenidos durante todo el trayecto.
Además otras casas salesianas o centros juveniles, se encuentran preparando sus Caminos de Santiago para realizarlos durante los días de Pascua.