Ucrania – Voluntarios y refugiados trabajan juntos, con la esperanza de que la guerra, "la cosa más estúpida del mundo", termine pronto

20 Abril 2022

(ANS - Lviv) - Casi sesenta días después del inicio de una guerra absurda, la emergencia se está convirtiendo gradualmente en una rutina diaria para muchos salesianos y tantos ucranianos desplazados que siguen aumentando y son hospedados en los centros salesianos de Ucrania y de los países vecinos. El desconcierto hace tiempo que ha dejado paso a otros sentimientos: resignación, enfado, frustración… y para muchos ha llegado el momento de dar espacio a la actividad, al compromiso y la colaboración. Sucede así especialmente a los más jóvenes.

La prueba la dan muchos muchachos ucranianos que colaboran con los salesianos de Bibrka -en el oeste de Ucrania, a pocos kilómetros de Lviv- que juntan leña para la calefacción. "En el último mes, desde que recibimos a los desplazados de Kharkiv, Kiev y otras ciudades, hemos consumido mucho y ahora lo necesitamos para calentar la casa", dice el padre Józef Nutskovskyy, salesiano polaco de la Inspectoría de Cracovia (PLS), párroco de la iglesia salesiana local.

“Así, los ucranianos trabajan para sí mismos y para los demás: son los refugiados que cargan la leña”, añade con admiración el padre Roman Tsyganiuk, también salesiano PLS, pero nacido en Ucrania. Los troncos cargados son luego llevados a la casa salesiana, donde siempre en un ambiente de colaboración serán cortados en pedazos más pequeños que en parte serán utilizados inmediatamente y en parte guardados para el próximo invierno. Con la esperanza de que para entonces la guerra sea solo un feo recuerdo.

Es también lo que espera Wlodzimierz, un muchacho ucraniano de Zhytomyr, actualmente hospedado en las obras salesianas de la Inspectoría de Varsovia (PLE). Hasta hace poco iba a la escuela, tenía amigos, viajaba, como hacen todos los jóvenes. Ahora, le dijo al padre Wojciech Akacjusz, tuvo que “viajar” a la fuerza por primera vez a Polonia, junto con su abuela y un hermano menor.

No se encuentra mal con los salesianos. “Voy a la escuela, tengo varias buenas notas y estoy contento por eso. Nos pasamos los días jugando, hablando, viendo películas y leyendo libros”. Pero en el corazón hay deseos más profundos, de paz y de reencuentro con los seres queridos que se han quedado en Ucrania. “Quiero la paz para mi país de manera que podamos volver a casa sanos y salvos. ¡Espero que sea pronto y que pueda encontrarme con mis familiares!”. La mamá de Wlodzimierz todavía está allí, se mudó a solo unos kilómetros de Zhytomyr y él la escucha todos los días.

"Todos nuestros 'huéspedes' quieren volver a su casa, desean estar con sus seres queridos, sueñan con la vida que tenían antes de la guerra. ¡La guerra es la cosa más estúpida que pueden hacer los hombres, especialmente en nuestros tiempos!" concluye el padre Akacjusz.

Mientras se espera que termine la guerra, los salesianos de todo el mundo continúan trabajando por las necesidades de la población víctima del conflicto. Por su parte, la Inspectoría de Hungría (UNG) anuncia que ha enviado nuevas ayudas económicas a la Inspectoría PLS para ayudarla a hacer frente a la llegada de refugiados, operación en la que también se compromete dando cobijo a algunas decenas de refugiados en sus instalaciones, en Budapest y no sólo. Además, los voluntarios del Movimiento Juvenil Salesiano Húngaro continúan prestando servicio en la frontera con Ucrania, de donde se estima que hasta el momento hayan llegado al país unos 600.000 refugiados ucranianos.

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