El mismo día, en la iglesia parroquial de “Santa Maria del Lume” en Pellaro, se celebró la Eucaristía presidida por el padre Pierluigi Cameroni, postulador de la Causa de Beatificación, quien recordó las últimas palabras pronunciadas por Mons. Cognata. Entre estas, la consigna a sus Oblatas: “Bueno, ámense, ámense, estén unidas, ámense, hijas mías; si reina entre vosotros el amor, la unión, pueden trabajar y hacer mucho bien a las almas. ¡Vosotros, Oblatos, cuyas comunidades están formadas por unos pocos miembros, debéis amaros mucho! Amaos mucho, vivan el uno para el otro con gran caridad. Les pienso y siempre les estoy cerca”.
Una velada de música y danza organizada por las asociaciones pellaresas fueron un fuerte momento de agregación y un signo de esperanza en nombre de Mons. Cognata.
El día después, por la tarde del 23 de julio, se representó el espectáculo musical inédito “La Santità della dolcezza”, a cargo del “Charmonie Vocal Group” de Tivoli. Escrito y musicalizado por Rita Gentili, Sara y Silvia Narzisi, con orquestaciones de Giovanni Proietti Modi, con la escenografía concebida por Pierluigi Pastori y creada por el "Laboratorio artístico Don Bosco", el espectáculo realza el carisma, la fe y el testimonio heroico de Mons. Giuseppe Cognata.
En cambio, el domingo 24 de julio fueron las celebraciones en Bova, sede de la diócesis de Mons. Cognata. La participación de la comunidad fue alegre, con el alcalde Santo Casile y el padre Leone Stelitano, administrador parroquial, con la significativa la presencia de numerosos salesianos oblatos del Sagrado Corazón, encabezados por la Madre General, sor Graziella Benghini.
De camino a la Concatedral de María Santísima de Isodia, Mons. Fortunato Morrone, Arzobispo Metropolitano de Reggio Calabria-Bova, bendijo una placa dedicando la calle que lleva a la Concatedral a Mons. Giuseppe Cognata. La calle es símbolo de la presencia de Mons. Cognata entre su pueblo y al mismo tiempo de la estima, cercanía y cariño de la gente hacia el pastor y apóstol de las poblaciones necesitadas.
Hablando en la celebración, Mons. Morrone destacó cómo el calvario de Monseñor Cognata no fue fruto de la voluntad de Dios, sino de los hombres, que a veces hacen el mal, hacen mal y nos hacen sufrir. Dios no quiere sufrimiento y sacrificio, sino amor y misericordia. Así, la misión de Mons. Cognata fue ser fundador de un nuevo carisma en la Iglesia a la luz de la Palabra de Dios. Por ello Mons. Morrone presentó a Mons. Cognata como hombre de oración que vivía en la presencia de Dios.
“Mons. Cognata vivió a la escucha del Espíritu, dejándose iluminar por Jesucristo y como Abraham se colocó en la historia, entre Dios y el Pueblo, al cual había sido puesto como guía. Como Abraham fue amigo de Dios… Pidámosle que interceda por nosotros, para que podamos vivir como él, que amó infinitamente a Jesús”.
