“Las peores inundaciones de la historia del país”, aseguró hace un mes el primer ministro pakistaní, Shehbaz Sharif. Más de 33 millones de personas afectadas y más de 1.500 personas fallecidas. Las trágicas cifras se completan con casi dos millones de casas y 80.000 hectáreas de tierras agrícolas destruidas, además de 800.000 cabezas de ganado muertas.
De los 235 millones de habitantes de Pakistán, más de 33 millones se han visto afectados por las inundaciones, y el Gobierno de Pakistán ha decretado que hay 66 distritos afectados: 31 en Baluchistán, 23 en Sindh, nueve en Kyber Pakhtunkhwa y tres en Punjab. Alrededor de seis millones de personas necesitan ayuda urgente; algunos de ellos ya viven en campamentos creados específicamente para los desplazados, pero los problemas son muchos: muy poca comida, falta de higiene y saneamiento.
La OMS alerta del “potencial de un segundo desastre por enfermedad y muerte” tras las inundaciones en Pakistán. El suministro de agua ha quedado interrumpido, forzando a muchas personas a beber agua no potable, lo que puede propagar el cólera y otras enfermedades diarreicas. “El agua estancada permite a los mosquitos reproducirse y propagar enfermedades como la malaria y el dengue”, explican las autoridades sanitarias.
Muchas familias continúan necesitando comida, refugio y atención médica. “Además, al haber perdido tantas cabezas de ganado, que son parte de su sustento diario, las dificultades son enormes”, explica Piero Ramello, salesiano coadjutor en Lahore. El símbolo del desastre lo representa el río Indo, que atraviesa la provincia septentrional de Sindh, alimentado por decenas de ríos y arroyos de montaña que se han desbordado debido a las lluvias excepcionales, pero también a los glaciares que se derriten. Las compuertas de la represa principal se abrieron para hacer frente a un caudal de más de 600.000 metros cúbicos por segundo.
La Sociedad Educativa Don Bosco ha recibido muchas solicitudes de ayuda desde parroquias, comunidades, familias y antiguos alumnos de Don Bosco. La Delegación salesiana de Pakistán, que depende de la Inspectoría de Filipinas Sur, ha planificado un proyecto destinado a la Colonia Don Bosco de Jacobabad, para beneficiar a 56 familias; en Sukkher, para 40 familias; y en la zona de Zahid, para otras 42 familias.
“Misiones Salesianas” ha realizado un primer envío de aunos miles de euros para hacer frente a la emergencia. Está previsto que la ayuda llegue a 138 familias y a casi mil personas, de las que casi la mitad serán menores de 15 años. En esta operación también participa la joven Asociación de Exalumnos de Don Bosco de Lahore. La ayuda inmediata y urgente consiste en tiendas de campaña, kits de protección ante la intemperie, raciones de alimentos, medicinas, mantas, bidones de agua, artículos de cocina y jabón.
En los últimos 20 años, los Salesianos de Don Bosco en Pakistán han ofrecido una gran ayuda en varias circunstancias traumáticas: auxiliaron a la población local cuando fueron golpeados por los terremotos de 2005, 2008 y 2010 con ayuda de emergencia -alimentos, refugios y medicamentos-, además de ayudar en la construcción de nuevas casas y escuelas, en Baluchistán y Sindh; también para ayudar a las víctimas de las inundaciones en la región de Sindh (2012); y dando asistencia humanitaria durante la pandemia del coronavirus.
