Marie Sauzon, profesora y bibliotecaria en esta escuela de la red salesiana, es especialmente sensible al fenómeno del acoso escolar. Desde hace algunos años, constata que “muchos jóvenes están estresados, ansiosos, se sienten mal consigo mismos y tienen poca autoestima”. En cambio, varios estudios han demostrado que, los alumnos que se sienten bien y tienen una mayor autoestima aprenden mejor. Así que me pregunté: “¿cómo puedo ayudarles a encontrar su camino?”.
Durante una conferencia sobre emociones y aprendizaje realizada en el Centro ‘Jean Bosco’ de Lyon, Marie descubrió la psicología positiva y, en 2019, se inscribió en el Diplomado Universitario en Psicología Positiva de la Universidad de Grenoble. Ahora trabaja en un proyecto de prevención del acoso escolar para los alumnos de quinto curso del colegio, que tiene aldededor de doce años. Un proyecto que consiste en concientizar a los niños sobre los mecanismos del bullying y abordar la problemática del ciberacoso a través de talleres prácticos.
Como parte del proyecto, ideó un experimento de psicología positiva basado en dos preguntas clave: “¿Qué queremos realmente?” y “Si no existiera el acoso, ¿qué existiría?”.
Para Marie, la respuesta a la segunda pregunta es obvia: la convivencia. En lugar de abordar el problema existente, es necesario prevenir y desarrollar comportamientos prosociales y habilidades psicosociales que se anticipen al acoso. “¡Esto es lo que nos enseña San Juan Bosco! La pedagogía salesiana y su Sistema Preventivo tienen el mismo objetivo: situarnos a contracorriente. Conozcámonos mejor, entonces podremos crear un clima relacional positivo”.
Durante sus sesiones de psicología positiva, utiliza la herramienta de Martin Seligman y Christopher Peterson “fortalezas del carácter”, que enumera veinticuatro rasgos de carácter positivos que todo el mundo posee. De este modo, los niños pueden ver a sus compañeros de forma diferente y se fomenta la cohesión de la clase.
Además, junto a Catherine Valente, responsable de Pastoral, realiza sesiones sobre las emociones y enseña a los alumnos a identificar, comprender y expresar sus emociones. Otro proyecto que Marie lleva adelante es la creación de carteles y de un videoclip con alumnos: ¡con estos medios pretende promover la buena convivencia con los demás niveles de la escuela!
Su proyecto ha sido especialmente apreciado por el cuerpo docente, que se muestra motivado y activo. Todos contribuyen y se sienten implicados. Además, los colegas profesores y los jóvenes del colegio han mostrado una necesidad real de volver a los fundamentos de Don Bosco. Por eso, “el pasado mes de junio se llevó a cabo una reflexión sobre valores como el respeto, la empatía, la benevolencia, la escucha y la consideración que son puntos fundamentales de la pedagogía de Don Bosco”, concluye la profesora.
Los resultados del proyecto de Marie aún no pueden medirse en términos concretos. Sin embargo, el equipo docente ha observado que algunas clases han creado y propagado un espíritu de equipo y solidaridad gracias a sus sesiones, evitando así que algunos alumnos queden excluidos.
