Se trata de un antiguo instituto y terreno guanelliano, adquirido el año pasado por el Rector Mayor y su Consejo como sede de la comunidad de estudiantes de Teología, nueva sede de la Postulación General y para hospedar especialmente a los hermanos y miembros de la Familia Salesiana.
El día de fiesta estuvo marcado por la gratitud, se celebraron importantes aniversarios jubilares de numerosos salesianos y se cimentó el sentido de fraternidad y pertenencia entre salesianos de tantas Inspectorías y Visitadurías que viven y estudian en las ocho comunidades que componen la Visitaduría UPS. En total, participaron más de doscientas setenta personas.
"Tuvimos la alegría de tener con nosotros al Consejero General para la Formación, Padre Ivo Coelho, y al Ecónomo General de la Congregación, Sr. Jean Paul Muller", dijo el Director de la comunidad de Via della Bufalotta, Padre Silvio Roggia. Al recordar los muchos motivos de gratitud, la Superior de la Visitaduría, Padre Maria Arokiam Kanaga, se refirió a los cientos de personas que cada uno representa, porque siempre son enviados por una comunidad, y a los miles que de diversas maneras se verán alcanzados por los frutos de estos años de formación y estudio.
Esta internacionalidad de alta intensidad caracteriza también a la comunidad de acogida, cuyo patrono es el Beato Ceferino Namuncurá: actualmente acoge a 49 hermanos de 28 países y 24 circunscripciones salesianas.
Como subrayó el Padre Coelho en su homilía, hay valores que unen y hacen que las muchas diferencias de cultura y origen inherentes a la historia de cada uno se conviertan en una riqueza mutua. Ninguna cultura es un absoluto. Lo absoluto es Dios y su amor, y en Él es posible encontrarse y enriquecerse mutuamente, no a pesar de las diferencias, sino precisamente a través de los dones y también de los trabajos que cada uno aporta.
Un día es solo una pequeña fracción del calendario anual, pero sin duda la jornada del martes 25 de abril de 2023 fue memorable por el ambiente de familia que todos los presentes juntos pudieron construir, experimentar y darse mutuamente. "A su manera, fue una experiencia sinodal de primera magnitud", concluye el Padre Roggia.
