Organizado por el padre Nelson Moreno, superior de la Inspectoría “San Gabriel Arcángel” de Chile (CIL), el viaje del padre Maravilla incluyó Santiago, Valparaíso, Tierra del Fuego y las presencias salesianas en la Patagonia chilena: Punta Arenas y Puerto Natales. Del 24 al 25 de noviembre, acompañado por el padre Pedro Carrera, director, y por los hermanos de la comunidad de Punta Arenas, el consejero general visitó Porvenir, la capital de la provincia chilena de Tierra del Fuego.
El padre José Fagnano, SDB, llegó a Porvenir el 21 de noviembre de 1886. En noviembre de 1887, el papa León XIII lo nombró prefecto apostólico de la Patagonia meridional, Tierra del Fuego y las islas Malvinas. Ese mismo año trasladó la sede de la prefectura apostólica al otro lado del estrecho de Magallanes, en Punta Arenas.
En Porvenir, los salesianos gestionaron una parroquia, dedicada a san Francisco de Sales, hasta 2015, cuando la entregaron a la diócesis local; y desde 1970 hasta 1976 también administraron una escuela agrícola. Por su parte, las Hijas de María Auxiliadora (HMA) dirigieron una escuela secundaria hasta 2010, cuando la cedieron igualmente a la diócesis. En el lado argentino de Tierra del Fuego, actualmente la Inspectoría “Beato Ceferino Namuncurá” de Argentina Sur (ARS) cuenta con dos comunidades, en Río Grande y Ushuaia, que animan muchos sectores de la obra salesiana.
“Caminando por Porvenir me conmueve recordar los esfuerzos realizados por los salesianos y las Hijas de María Auxiliadora, bajo la guía de monseñor Fagnano, para fundar la Iglesia en estas tierras. Los cementerios de Porvenir y Punta Arenas son testigos de muchos jóvenes misioneros que murieron a los pocos años de su llegada. El museo municipal local y, en particular, el ‘Complejo Histórico - Iglesia San Francisco de Sales’ inmortalizan su incansable labor en Tierra del Fuego y en la isla Dawson, llevada a cabo incluso con falta de personal, para proteger a las poblaciones indígenas. Aquí, la heroica historia misionera de la Congregación Salesiana y de las HMA está íntimamente ligada a la historia del pueblo”, declaró el padre Maravilla.
“En mis visitas a diferentes continentes en estos últimos cuatro años, me he dado cuenta de que, cada vez que falta personal, las presencias en las fronteras más difíciles son las primeras en cerrarse. Asimismo, en algunas inspectorías hay una reticencia a abrir nuevas presencias misioneras, especialmente en las periferias. Durante esta visita, he sentido una voz interior que me impulsa a hacer un llamado desde Tierra del Fuego a todo el mundo salesiano: ‘¡No perdamos nuestra audacia misionera! Redescubramos el valor de soñar y esperar para alcanzar nuevas fronteras!’”, insistió el consejero general para las misiones.