Desde hace casi cinco años, la asociación laical salesiana “Lakou Bosco”, con sede en Les Abymes, trabaja en favor de los jóvenes y de las familias de los barrios de Dugazon, Anquetil, Aloès y sus alrededores. Inspirada en la pedagogía de Don Bosco, se centra en la prevención y en el acompañamiento integral para fortalecer la autonomía de los niños, adolescentes e incluso de los propios padres. En vísperas de un cambio decisivo con la construcción de su futuro “pueblo”, un seminario animado por la asociación “L’effet Papillon” (El efecto mariposa), que trabaja por la restauración de la biodiversidad en Guadalupe, reunió en un hotel de Le Gosier a voluntarios, empleados, jóvenes y socios para reflexionar sobre los valores del proyecto y su futuro.
Una comunidad unida por valores sólidos
Los debates celebrados en esta ocasión destacaron la amabilidad y la apertura hacia los demás como pilares de la presencia salesiana. El nombre “Lakou Bosco”, que en criollo evoca un espacio de encuentro y de compartir, refleja este ADN: ayuda mutua, fraternidad, respeto. Los estatutos de la asociación lo subrayan: “Acogemos sin condiciones, en el espíritu lakou, con solidaridad y escucha, respetando la dignidad de cada persona. Estos valores guían cada acción, uniendo a una gran familia en la que cada uno contribuye con sus talentos al bien común”.
“Nuestras acciones giran en torno a los jóvenes, en sus espacios de vida: la familia, el barrio, la escuela y ahora también el mundo digital”, explica Arthur Massiet, el director. “Lakou Bosco” acompaña a los jóvenes en su desarrollo personal y social, y al mismo tiempo apoya a los padres para reforzar su papel.
El futuro pueblo, cuyas obras están por comenzar, encarnará estas aspiraciones. Diseñado para ser ecológicamente responsable, integrará paneles solares, sistemas de recuperación de agua y, gracias a la colaboración con “L’effet Papillon”, contará con un estanque de acuaponía y un techo cubierto de vegetación. La asociación sueña con acercar a los jóvenes a las profesiones ecológicas, como la cocina solar o las tecnologías low tech, que utilizan materiales reciclados para crear soluciones simples y sostenibles. Estos proyectos también apuntan a reducir la precariedad disminuyendo el costo de vida. “Queremos que nuestros jóvenes se conviertan en pioneros de la ecología, por un planeta más verde”, confía Arthur Massiet. Paralelamente, los talleres, el apoyo escolar, las prácticas y las actividades culturales o deportivas favorecen la emancipación de los jóvenes y la autonomía de las familias.
El mundo digital, un nuevo desafío
El ámbito digital, omnipresente entre los adolescentes, constituye un eje prioritario. “Su mundo virtual nos resulta a menudo ajeno”, observa el director. “Queremos llegar a ellos para comprender, sin juzgar”. Está previsto un acompañamiento, así como apoyo a las familias en sus gestiones administrativas digitales, con la ayuda de trabajadores sociales. Como decía Don Bosco: “Amad lo que aman los jóvenes, para que ellos amen lo que vosotros amáis”.
“Lakou Bosco” no se limita a acompañar: aspira a transformar los barrios en espacios de responsabilidad colectiva. Sus estatutos resumen este impulso: “El compromiso de Lakou Bosco es una pasión compartida, un espacio de prevención y de progreso recíproco”. Con su futuro “pueblo”, la asociación desea consolidar cada vez más un modelo en el que los jóvenes, sostenidos por su comunidad, se conviertan en protagonistas de un futuro más justo y sostenible. Un sueño colectivo que echa raíces en Les Abymes.
Stéphanie Tollet
Fuente: Don Bosco Aujourd’hui (France-Antilles)
