El seminario sigue al de la ACSSA-África-Madagascar (Zambia, marzo de 2025) y a los de ACSSA-Américas y ACSSA-Asia Sur (Buenos Aires e India, junio de 2025), y precede al último del año en curso, es decir, el de ACSSA-Este Asiático-Oceanía (Filipinas, noviembre de 2025): cinco seminarios continentales en preparación al Congreso internacional que tendrá lugar en Brasil en abril de 2027, el cual concluirá los trabajos promovidos por la ACSSA con ocasión del 150° aniversario de la Primera Expedición Misionera Salesiana.
En su saludo a los presentes, el Rector Mayor invitó a todos a estudiar el pasado como clave para abrir el futuro. “Don Bosco nos enseñó que la memoria es fecunda solo cuando se convierte en profecía (...). Estudiar este pasado significa, por tanto, aprender el método más que repetir las soluciones”.
En su mensaje de saludo, el padre Attard añadió: “Hoy nos encontramos ante desafíos quizás aún más complejos que los que enfrentaron los pioneros. La pregunta que estos días deben ayudarnos a formular es: si Don Bosco estuviera aquí hoy, ¿a dónde iría? ¿Qué inventaría? ¿Qué nuevas obras soñaría? El pasado misionero no nos da respuestas prefabricadas, pero nos entrega un estilo, un método, un corazón con el cual afrontar lo inédito”.
A continuación, tomó la palabra el secretario de la ACSSA, el padre Stanisław Zimniak, quien subrayó que el objetivo del encuentro es identificar el aporte fundacional de los Salesianos de Don Bosco y de las Hijas de María Auxiliadora originarios del continente europeo, quienes se insertaron con entusiasmo en el impulso misionero de la Iglesia católica, promovido enérgicamente por los pontífices de la época, en una participación numéricamente masiva, como ninguna otra congregación surgida en la segunda mitad del siglo XIX.
Cuando se habla de la importante participación en el mandato de la evangelización – como será demostrado por algunas ponencias – emerge un primado absoluto de los misioneros de la Congregación SDB y del Instituto HMA, reclutados sobre todo en Italia, en un número superior al de otras naciones europeas. Su contribución dejó una huella profunda en la espiritualidad, en la mentalidad, en la cultura y, en algunos casos, también en la vida social y política; sobre todo, en el campo de la educación y de la formación de los jóvenes, educados para ser “buenos cristianos y honrados ciudadanos”.
Siguieron cuatro intervenciones: la primera, de contextualización de las misiones dentro del ámbito de las misiones católicas entre los siglos XIX y XX; la segunda, relativa a las problemáticas misioneras afrontadas por el Rector Mayor, don Felipe Rinaldi; la tercera, dedicada al diálogo epistolar entre Madre Daghero y las misioneras HMA; y la cuarta, sobre el uso documental, fílmico y audiovisual por parte de los salesianos (desde los años veinte hasta los sesenta del siglo pasado) con fines de conocimiento y promoción de sus misiones ante un público amplio.
En la homilía de la misa que concluyó la primera jornada, el padre Attard tomó inspiración del Evangelio del día y de la invitación a la vigilancia contenida en él para trazar algunas líneas de reflexión útiles para los días del Seminario Europeo. “La vigilancia que pide el Evangelio se traduce para nosotros en la capacidad de leer los nuevos escenarios, y reconocer nuestra responsabilidad hoy significa hacernos preguntas incómodas: ¿nuestras obras siguen siendo misioneras o se han vuelto autorreferenciales? ¿Estamos llegando a los jóvenes más pobres o nos hemos aburguesado? ¿El Sistema Preventivo sigue siendo el corazón palpitante de nuestras presencias o se ha convertido solo en una referencia nominal? Don Bosco no esperaba a los jóvenes en la sacristía: iba a las plazas, a las obras, a las cárceles. ¿Dónde están hoy nuestras ‘plazas’? (...) El futuro de la misión salesiana no está escrito en los archivos, sino que se escribe hoy, en las decisiones valientes que tomemos”.
Animados por estas reflexiones, los trabajos del seminario avanzan a buen ritmo hasta el domingo 26 de octubre, cuando, al término de las presentaciones, el Consejero para las Misiones, padre Jorge Mario Crisafulli, ofrecerá sus consideraciones finales. Entre las actividades también está programada una peregrinación jubilar comunitaria a la Basílica de San Pablo Extramuros, con una concelebración eucarística incluida.
