En cada grupo participan un promedio de 150 personas, que han llenado todos los espacios disponibles de la Aldea Alpina Don Bosco, utilizando también algunas de las casas vecinas para acomodar a todos los participantes. La forma de cómo se realiza y se celebra es el resultado de varios años de experiencia.
Los hijos mayores de las familias y otros jovenes, se preparan durante todo el año con la ayuda de algunos animadores y con la experiencia para cuidar el grupo de niños, divididos en tres grupos: guardería, jardín de infancia, elemental y medio. Los padres pueden confiar a sus hijos al grupo de animadores, y juntos ofrecen una rica experiencia formativa tanto para el que anima como para el animador.
Los esposos pueden dedican su día a escuchar, a rezar, al silencio, y a compartir. El tema para este año fue las “Bienaventuranzas del corazón - alegre, ardiente, abierto y puro - con la luz que viene del centenario de las apariciones de Fátima”. El P. Pierluigi Cameroni, de ADMA a nivel mundial, animó este encuentro.
Uno de los aspectos más positivos y que da gran fuerza a esta experiencia, es la capacidad de compartir la vida entre las familias, los momentos profundos de fe y de ayuda mutua, de intercambio de experiencias que se da por las necesidades de la vida diaria (comidas, Limpieza...).
Durante la segunda semana se tuvo la presencia de 24 amigos de ADMA-España que deseaban compartir esta experiencia, considerando la posibilidad de crear espacios similares en su propio país.
Finalmente, la participación significativa de algunos salesianos e Hijas de María Auxiliadora que compartieron y animaron la experiencia, demostró la riqueza del camino de fe y de la espiritualidad salesiana compartida entre laicos y personas consagradas.
La Asociación María Auxiliadora (ADMA) de Turín Valdocco, está compuesta de familias que comparten los retos y las dificultades de cualquier otra familia hoy y encuentran en la Eucaristía y en la confianza a María Auxiliadora la fuerza para crecer en su itinerario de la vida cristiana.
Varias familias tienen tres, cuatro e incluso más hijos y la comunión que se crea entre ellos y con los que apenas están comenzando la vida matrimonial, se convierte en una gran escuela de vida que apoya y acompaña también a aquellos que tienen problemas.
