Durante la Segunda Guerra Mundial, el P. Ladislau fue prisionero en los campos de concentración nazi durante 5 años. Trabajó como capellán en el Buen Retiro, 7 años en Lavrinhas. Fue el confesor y profesor de inglés entre los aspirantes. Estuvo un año en Americana como Vicario Parroquial, 10 años en Pindamonhangaba, y luego, regresó a Lavrinhas. Desde 1990, unos 28 años reside en la Comunidad Santa Teresinha.
La acción pastoral y misionera del P. Ladislao se evidencia en el ministerio de las confesiones. “Es el sacerdote exacto en las palabras, conciso en las expresiones. Suplica a los que se acercan a confesarse que se orienten por buen camino y derrama en el alma de los penitentes el bálsamo del perdón y de la misericordia divina”.
Las frases como “Jesús, yo confío en Ti”, “Yo te salvaré aun cuando juzgues que todo ya está perdido”, palabras de Santa Faustina Kowalska, son parte de su léxico personal y de su diario vivir.
Cuando cumplió 100 años escribió: “Por la misericordia Divina completa mis 100 años y creo que ya es mucho. Hazme parte de los llamados a la ‘tercera edad’. Tercera y última, porque la Sagrada Escritura dice: los días de nuestra edad son sesenta años; en los más robustos hasta ochenta años, sin embargo, solo traen cargas pesadas y pronto pasan, y con ellos pasamos nosotros”. Actualmente el P. Ladislao cumplió 103 años y resulta el segundo salesiano de mayor edad.
La celebración Eucarística de acción de gracias fue presidida por monseñor Fernando Legal, Obispo emérito de San Miguel Paulista. Entre los participantes destacaban la presencia de Mons. Carlos Altieri, Arzobispo emérito de Passo Fundo, el P. Piccinini, Inspector, y el P. Douglas Verdi, director de la Comunidad Salesiana Santa Teresinha.
Después de la celebración todos recibieron una medalla de Jesús Misericordioso y un ejemplar del libro escrito por el P. Ladislau, donde narra las experiencias vividas en la guerra.
